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La vida (mía) es como si me golpeasen con ella.
Fernando Pessoa
Todas las cartas de amor son.
Más vale que así lo hagamos.
Procura ser quien eres, te amen o no.
No hagas hoy lo que puedas dejar de hacer también mañana.
Solo esta libertad nos conceden.
El universo es el sueño de sí mismo.
Entre una y otra todos los días son míos.
La conciencia de la inconsciencia de la vida es el más antiguo impuesto que recae sobre la inteligencia.
Para realizar un sueño es preciso olvidarlo, distraer la atención de él. Por eso realizar es no realizar.
La función última de la crítica es que satisfaga la función natural de desdeñar, lo que conviene a la buena higiene del espíritu.
Somos avatares de la estupidez pasada.
La visión es el tacto del espíritu.
Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?
Todas las cartas de amor son ridículas. No serían cartas de amor si no fuesen ridículas.
El único misterio es que exista quien piense en el misterio.
Nos convertimos en esfinges, aunque falsas, hasta el punto de no saber ya quiénes somos. Porque, por lo demás, lo que somos es esfinges falsas y no sabemos lo que realmente somos. El único modo de que estemos de acuerdo con la vida es que estemos en desacuerdo con nosotros. Lo absurdo es lo divino.
Los Dioses son una función del estilo.
No saber de uno mismo; eso es vivir. Saber mal de uno mismo, eso es pensar.
El poeta es un fingidor.
Soy como alguien que busca a ciegas, sin saber dónde ocultaron el objeto que no le dijeron qué es. Jugamos a las escondidas con nadie.
Los dioses: someternos.
no hay nada más sencillo.
Porque yo soy del tamaño de lo que veo, y no del tamaño de mi estatura.
Soy dos, y entre ambos la distancia - ¡hermanos siameses que no están pegados!
Escribo estas líneas, realmente mal anotadas, no para decir esto, ni para decir cualquier cosa, sino para ocupar en algo mi desatención.
La libertad existe.
Hablar es tener demasiada consideración hacia los demás. Por la boca mueren el pez y Oscar Wilde.
Ser poeta no es una ambición mía, es mi manera de estar sólo.