Imágenes
El hombre es un egoísmo mitigado por una indolencia.
Fernando Pessoa
Los portugueses somos tiernos y poco intensos, al contrario que los españoles -nuestros contrarios absolutos-, que son apasionados y fríos.
No siente la libertad quien nunca se ha visto oprimido.
Primero sé libre; después pide la libertad.
El misticismo es tan sólo la más compleja forma de ser afeminado y decadente. El único lado útil de la inutilidad.
Tengo el deber de encerrarme en la casa de mi espíritu y trabajar cuanto pueda y en todo cuanto pueda para el progreso de la civilización y el ensanchamiento de la conciencia de la humanidad.
Pon todo lo que eres en lo mínimo que hagas.
La literatura, como cualquier forma de arte, es la confesión de que la vida no basta.
Quien vive como yo no muere: se acaba, se marchita, se desvegeta. El sitio donde estuvo sigue sin él estar allí, la calle por donde caminaba sigue sin que él sea visto en ella, la casa que habitaba es habitada por no él.
Las cosas no tienen significación: tienen existencia. Las cosas son el único sentido oculto de las cosas.
Todo dormía como si el universo fuera un error.
Corté la naranja en dos, y las dos partes no podían quedar iguales. ¿Para cuál fui injusto -yo, que las voy a comer a ambas?
La alegría es la forma comunicativa de la estupidez.
La esperanza es el deber del sentimiento.
Odiamos lo que casi somos.
El deleite del odio no puede compararse al deleite de ser odiado.
Creo que decir una cosa significa conservarle la virtud y despojarla del terror. Los campos son más verdes en el decirlos que en su verdor. Las flores, si se describen con frases que las definan en el aire de la imaginación, tendrán colores de una permanencia que la vida celular no permite.
No hay normas. Todos los hombres son excepciones a una regla que no existe.
Dios es que existamos y que eso no sea todo.
Me siento tan aislado que puedo palpar la distancia entre mí y mi presencia.
Pero el sentido oculto de la vida es que la vida no tiene ningún sentido oculto.
Leo y soy liberado. Adquiero objetividad.
La artificialidad garantiza el goce de la naturalidad.
Para comprender, me destruí. Comprender es olvidarse de amar. No conozco nada más al mismo tiempo falso y significativo que aquel dicho de Leonardo da Vinci de que no se puede amar u odiar una cosa sino después de haberla comprendido.
Hay bastante metafísica en no pensar en nada.
El arte es la expresión de sí mismo luchando por ser absoluto.
Todo cuanto el hombre expone o expresa es una nota al margen de un texto totalmente apagado. Más o menos, por el sentido de la nota, extraemos el sentido que iba a ser el del texto; pero queda siempre una duda, y los sentidos posibles son muchos.
Los dioses son la encarnación de lo que nunca podremos ser.
Tengo que escoger lo que detesto: o el sueño, que mi inteligencia odia, o la acción, que a mi sensibilidad repugna; o la acción para la que no nací, o el sueño para el que no ha nacido nadie. Resulta que como detesto a ambos, no escojo ninguno, pero, como alguna vez tengo que soñar o actuar, mezclo una cosa con la otra.
Me maravillo de lo que he conseguido no ver.
Cada día sin gozo no fue tuyo: fue sólo durar en él. Cuanto vivas sin gozarlo, no vives.
Haber estado en un naufragio o en una batalla es algo bello y glorioso; lo peor es que hubo que estar allí para estar allí.
Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.
Finge tan completamente.
El amor es una muestra mortal de la inmortalidad.
Que llega a fingir que es dolor.
El destino es como una persona y deja de molestarnos si mostramos que no nos importa lo que nos haga.
¿Me quieren casado, fútil y tributable?.
A falta de saber, escribo.
Amamos siempre en lo que tenemos Lo que no tenemos cuando amamos.