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Nací en un tiempo en que la mayoría de los jóvenes habían de dejado de creer en Dios por la misma razón que sus mayores habían creído en Él - sin saber por qué.
Fernando Pessoa
El mundo es de quien nace para conquistarlo y no de quien sueña que puede conquistarlo.
Nos basta, si pensamos, la incomprensibilidad del universo; querer comprenderlo es ser menos que hombres, porque ser hombre es saber que no se comprende.
ridículas.
La civilización consiste en dar a algo un nombre que no le compete, y después soñar sobre el resultado.
Lo que nosotros vemos de las cosas son las cosas.
Tiene sólo dos fechas -la de mi nacimiento y la de mi muerte.
El poeta es un fingidor. Finge tan completamente Que llega a fingir que es dolor El dolor que de veras siente.
No me remuerde la conciencia, sino estar consciente.
El único misterio del universo es que exista un misterio del universo.
Si tienen la verdad, ¡guárdensela!
Que no haya dioses es un dios también.
Vivir es ser otro.
Dios es la mejor broma de Dios.
A mí, cuando veo un muerto, la muerte me parece una partida. El cadáver me da la impresión de un traje abandonado. Alguien se fue y no necesitó llevar aquel traje único que había vestido.
Para mí, la vida es como una posada del camino, donde debo demorarme hasta que llegue la diligencia del abismo.
El dolor que de veras siente.
El desdoblamiento del yo es un fenómeno en gran número de casos de masturbación.
El pensamiento todavía es la mejor manera de huir del pensamiento.
La única actitud digna de un hombre superior es el persistir tenaz en una actividad que se reconoce inútil, el hábito de una disciplina que se sabe estéril, y el uso fijo de normas de pensamiento filosófico y metafísico cuya importancia se siente como nula.
Quiero de los dioses sólo que no me recuerden.
Por la boca mueren el pez y Oscar Wilde.
Solo esta libertad nos conceden Los dioses: someternos A su dominio por voluntad nuestra. Más vale que así lo hagamos Porque solo en la ilusión de la libertad La libertad existe.
Sentir es un pensamiento extravagante.
La belleza es griega. Pero la conciencia de que sea griega es moderna.
A su dominio por voluntad nuestra.
No serían cartas de amor si no fuesen.
Pasar de los fantasmas de la fe a los espectros de la razón no es más que ser cambiado de celda.
Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más claramente que vea y comprenda la vida, no puedo tocarla.
Haya o no dioses, de ellos somos siervos.
Vivir me parece un error metafísico de la materia, un descuido de la inacción.
El cero es la mayor metáfora. El infinito la mayor analogía. La existencia el mayor símbolo.
La Decadencia es la pérdida total de inconsciencia; porque la inconsciencia es el fundamento de la vida.
Nunca amamos a nadie: amamos, sólo, la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos.
Aquello que, creo, produce en mí el sentimiento profundo, en que vivo, de incongruencia con los demás, es que la mayoría piensa con la sensibilidad y yo siento con el pensamiento.
Con una falta tal de gente con la que coexistir, como hay hoy, ¿qué puede un hombre de sensibilidad hacer, sino inventar sus amigos, o cuando menos, sus compañeros de espíritu?
Todas las frases en el libro de la vida, si son leídas hasta el final, van a terminar en una interrogación.
Si después de yo morir quisieran escribir mi biografía, no hay nada más sencillo. Tiene sólo dos fechas -la de mi nacimiento y la de mi muerte. Entre una y otra todos los días son míos.
El bien es un mal necesario.
El único sentido oculto de las cosas es que ellas no tienen sentido oculto alguno.