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El café (establecimiento en el que se sirve la nueva bebida) se convierte en el lugar de cita de los elegantes, de los ociosos y también el refugio de los pobres.
Fernand Braudel
Las bebidas no son sólo alimentos. Desempeñan, desde siempre, un papel estimulante, de instrumentos de evasión; a veces, como ocurre entre ciertas tribus indias, la embriaguez llega incluso a ser un medio de comunicación con lo sobrenatural.
No se puede negar, por el contrario, que el aguardiente, el ron y el alcohol de caña fueron los regalos envenenados de Europa a las civilizaciones de América.
No obstante, otros médicos y la opinión pública pretendían que el café era un anafrodisiaco, que era una bebida de castrados.