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Un gran hombre demuestra su espíritu con palabras delicadas y acciones firmes.
Felipe Stanhope de Chesterfield
Lo único que quiero para mi entierro es no ser enterrado vivo.
En la vejez la ciencia es para nosotros un cómodo refugio; y si no la plantamos de jóvenes, no nos dará sombra cuando seremos viejos.
Cada hombre busca la verdad, pero solo Dios sabe quién la ha encontrado.
La penetración de los príncipes rara vez pasa de la superficie.
Escoge tus placeres por ti mismo y no dejes que se impongan sobre ti.
Haz de ser más sabio que los demás, si puedes; pero no lo digas.
Lleva tu cultura discretamente, como llevas tu reloj en el bolsillo, sin sacarlo a cada rato simplemente para demostrar que lo tienes. Si te preguntan qué hora es, dilo; pero no lo proclames continuamente y sin que te lo pregunten, como hace el sereno.
Habrá amigos que nos declaren sin reservas nuestras faltas y, sin embargo, no se decidirán a hacernos mención de nuestras locuras.
Los consejos son rara vez bienvenidos, y aquéllos que más los necesitan son los que menos los agradecerán.
El placer es momentáneo, el coste es exorbitante, la postura, ridícula.
La historia es sólo un confuso montón de hechos.
El conocimiento del mundo debe ser adquirido solamente en el mundo y no en un armario.
Los buenos modales sirven de adorno al conocimiento y le abren paso a través del mundo.
Pese a que estés seguro, muéstrate dudoso.
El ingenio es una brillante cualidad que todo el mundo admira; la mayor parte de la gente quiere tenerlo, todo el mundo lo teme, y unos pocos lo aman, al menos, en sí mismos.
Cuida los minutos, pues las horas ya cuidarán de sí mismas.
La educación, más que la naturaleza es la causa de la notable diferencia de caracteres que observamos en los hombres.
El sentido común es el mejor sentido que conozco.
El ingenio es un don celestial bien inútil: lo que hace falta es razón, buen sentido, cordura y juicio.
Elegancia es el resultado de sentidos exactos y refinados.
Lo que es digno de hacerse, es digno de que se haga bien.
Malos negociantes los que no saben sino hacer negocios.
Enojarse es castigarse a si mismo por faltas ajenas.
La vejez no mejora el corazón: lo endurece.
La firmeza en el propósito es una de las virtudes más necesarias, y uno de los mejores instrumentos para el éxito. Sin ella genios desperdician sus esfuerzos en laberintos de incongruencias.
Si te propones algún día mandar con dignidad, debes antes servir con diligencia.
El hombre odia a quien le hace sentir su propia inferioridad.
Tratar a los demás como uno quisiera ser tratado es el medio más seguro de agradar que yo conozco.
Puedes ser más sabio que el resto, pero no se los hagas notar.
La cultura se adquiere leyendo libros; pero el conocimiento del mundo, que es mucho más necesario, sólo se alcanza leyendo a los hombres y estudiando las diversas ediciones que de ellos existen.
Un buen crítico es el que suele ser más severo con sus propios trabajos que con los ajenos.
Es imposible elevarse en este mundo sobre los demás sin dignidad de carácter.
Sé más sabio que el resto de la gente, si puedes. Pero no se lo digas a ellos.
El estilo es el ropaje del pensamiento; y un pensamiento bien vestido, como un hombre bien vestido, se presenta mejor.
La astucia es el oscuro santuario de la incapacidad.
El carácter no sólo debe conservarse limpio, sino brillante.
Nunca parezcas más sabio que la gente que está contigo. Guarda tu conocimiento como un reloj de bolsillo y mantenlo escondido. No lo saques para contar las horas, pero da la hora cuando te la pregunten.
Pon a un lado el mejor libro cuando puedas tener la mejor compañía.
No hay nada que quisiera que sepas mejor, y poca gente conoce, es el verdadero uso y valor del tiempo. Está en la boca de todos, pero poca gente lo practica.