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En ausencia de órdenes, encuentra algo y mátalo.
Erwin Rommel
Uno no debe juzgar a todo el mundo por sus cualidades como soldado: de otro modo, no tendríamos civilización.
La futura batalla terrestre será precedida por la batalla en el aire. Esta determinará cual de los contrincantes sufrirá desventajas operativas y tácticas y se verá forzado durante la batalla a adoptar soluciones de compromiso.
No luches en una batalla si no ganas nada con la victoria.
El peligro mortal es un antídoto eficaz contra las ideas fijas.
Caballeros, han luchado como leones, y sido dirigidos como mulas.
Los hombres son, básicamente, listos o tontos, y vagos o ambiciosos. Los tontos y ambiciosos son peligrosos, y me libro de ellos. A los tontos y vagos les asigno tareas mundanas. A los listos y ambiciosos les pongo en mi estado mayor. A los listos y vagos les hago comandantes.
Un buen general no sólo sabe encontrar el camino a la victoria, sabe además cuando ésta es imposible.
¡Rommel, grandísimo bastardo! ¡He leído tu libro!
A la vista de mis servicios en África, tengo la posibilidad de morir mediante veneno. Esos dos generales lo han traído con ellos. Es mortal en tres segundos. Si tomo el veneno, no se seguirá ninguno de los procedimientos habituales contra mi familia; es decir, contra vosotros. También dejarán en paz a mi estado mayor.
La guerra relámpago es el arte de concentrar su potencial en un punto, forzando la ruptura, penetrando por ella y asegurando los flancos para proseguir el avance a velocidad vertiginosa hasta la retaguardia del enemigo, antes de que éste hubiera tenido tiempo para reaccionar.
El soldado alemán ha asombrado al mundo, el Bersagliere italiano ha asombrado al soldado alemán.
Sería mucho más feliz si me hubiese dado otra división.
En combate cercano, la victoria es del que tiene una bala más en el cargador.
Demasiado trabajo de pala es mejor que demasiado poco. El sudor ahorra sangre, la sangre ahorra vidas, y el cerebro ahorra ambas cosas.
Nos enfrentamos a un valiente y habilidoso oponente y, si puedo decir tal cosa a través de la destrucción de la guerra, a un gran general.
Cualquiera que cayera bajo el hechizo de su personalidad se convertía en un verdadero soldado. Parecía saber cómo era el enemigo y cómo reaccionaría.
El valor que va contra la eficacia militar es estupidez, o, si se insiste en el mismo por parte de un comandante, irresponsabilidad.