Imágenes
Hay manos que triunfan al quedarse vacías y otras como puños que no conservan nada.
Ernestina de Champourcín
La flecha de mi vida ha clavado sus rumbos en tu pecho y esquivo entre tus brazos el acecho de las cien rutas que mi paso olvida.
El agua de mis besos, ungiéndote, dirá tu verdadero nombre.
Amor de cada instante... Duro amor sin delicias: cadena cruz, cilicio, gloria ausente, esperada, gozo y tortura a un tiempo.
¡Toda la primavera dormía entre tus manos!
¡Quiero escapar indemne del infierno que arde en la trama de tus besos sabios!
Te esperaré apoyada en la curva del cielo y todas las estrellas abrirán para verte sus ojos conmovidos.
Los deseos se estrellan contra la inexorable inercia del silencio.
Mi antorcha despejando la noche de tus labios libertará por fin tu esencia creadora.
Eludir el camino que todos conocemos. Seguir hacia adelante ruta de los que intentan lo que nunca pensaron y se sienten felices porque hay algo distinto, porque se desvanece de pronto lo que sobra y no existe el vacío si queremos colmarlo.
Ahondaré en ti mismo y abrasará tu sangre el fuego de la mía rebelde y soñadora.
¡Cuando voy a ti, quisiera ser viento para arrebatarte más allá del cielo!
Ahoga entre tus labios mi tristeza, y esta inquietud punzante que ya empieza a taladrar mi sien con sus latidos.
Se borrará en tus labios la forma de los míos, y el cielo de tu vida tendrá un color distinto al de mi corazón.
Yo quiero ser fuego, volcán de aire rojo que incendie el secreto de todas las ramas y todos los pechos.
Nunca podrás tenerme sin abrir tu deseo sobre la desnudez que sella lo inefable, ni encontrarás mis labios mientras algo concreto enraíce tu amor.