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... cuando el lenguaje era uno, éramos todos un cuerpo;...
Erasmo de Róterdam
Pedro. Menos mal que tenemos una puerta de acero; de lo contrario este individuo, quienquiera que sea, la hubiera hecho saltar.
Abominas el nombre del diablo, y en oyéndole te santiguas, y eres tú mismo aquel diablo que aborreces.
Vale más tener envidiosos que inspirar piedad.
¿Qué sentido tiene, expuestos como estamos a tan gran número de males, echarse encima voluntariamente otro más, como si no tuviéramos bastante?
Los zorros usan muchos trucos. Los erizos, sólo uno. Pero es el mejor de todos.
Si Cristo es una fábula, ¿por qué no somos sinceros y lo rechazamos?
La envidia es inseparable de la felicidad.
De dos males, elige el menor.
... nosotros no somos la sede de Cristo, sino la sentina de Satanás;...
La Guerra sólo es buena para aquellos que no la han experimentado.
Opónense a la razón dos antagonistas formidables: la cólera, que la tienen la sade de su imperio en el corazón, en los orígenes mismos de la vida, y la lubricidad, que extiende su preponderancia hasta más abajo de la región abdominal.
En el estudio no existe la saciedad.
Reírse de todo es propio de tontos, pero no reírse de nada lo es de estúpidos.
..., y de la diferencia nace la discordia, y de la discordia viene el apartamiento de la unidad.
¿Para qué derriba con trabucos los lugares el que tiene las llaves del reino de los cielos?
Qué otra cosa es la vida de los mortales, sino una comedia en la que unos actores se disfrazan y ataviados con sus máscaras representan sus respectivos papeles hasta que el director de escena les ordena retirarse de las tablas.
... los oradores, cuando no bastan a defender la causa por justicia, se acogen a las voces, como el cojo al caballo.
El murmurador a todos los cuerdos es aborrecible, porque cada uno se teme dél, y piensa que otro tanto dirá dél en ausencia, como dice de los otros.
Moriré libre porque he vivido solo. Moriré solo porque he vivido libre.