Imágenes
No pretendas jamás hacer reír; porque además de ser el verdadero medio de obrar del vulgo, te disminuye el respeto y la estimación que se te debe.
Epicteto
Cuando los placeres se exageran, truécanse en dolor.
Un barco no debería navegar con una sola ancla, ni la vida con una sola esperanza.
Si tomas cualquier rol superior a tus fuerzas, has procedido torpemente, a la vez que desechaste el que habrías representado bien.
Reflexionad mucho antes de decir o hacer algo, porque no podréis remediarlo después de dicho o hecho.
No son las cosas las que atormentan a los hombres, sino la opinión que se tiene de ellas.
Engrandecerás a tu pueblo no elevando los tejados de sus viviendas, sino las almas de sus habitantes.
Sólo los instruidos son libres.
La envidia es el adversario de los más afortunados.
Primero descubre lo que quieres ser; luego haz lo que tengas que hacer.
Si puedes enriquecerte conservando el honor, la buena fe, la magnanimidad, no lo excuses; pero teme perder los verdaderos bienes para adquirir los falsos.
La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
Querer agradar a los demás es una trampa peligrosa.
El Sol no espera a que se le suplique para derramar su luz y su color. Imítalo y haz todo el bien que puedas sin esperar a que se te implore.
No nos perturban las cosas sino las opiniones que de ellas tenemos.
No tengas sólo piedad de los ciegos y de los tullidos; tenla también de los malvados, que tienen la desdicha de ser inválidos de espíritu.
Sólo las personas que han recibido educación son libres.
Sólo el hombre culto puede ser libre.
El hombre sensato espera siempre de los perversos mayor daño del que le infieren: si recibe una injuria, piensa que pudo ser golpeado; si lo golpean, piensa que pudieron herirlo; y si lo hieren, se consuela tambien porque piensa que pudieron arrebatarle la vida.
El comienzo de la filosofía es el reconocimiento de la pugna entre las opciones.
Lo importante no es lo que se come, sino cómo se come.
El que empieza a instruirse en la filosofía de todo se echa la culpa a sí mismo.
Lo que perturba a los hombres no son precisamente las cosas, sino la opinión que de ellas se forman.
No pretendas que las cosas ocurran como tu quieres. Desea, más bien, que se produzcan tal como se producen, y serás feliz.
El único Amo es el deseo. El verdadero amo de cada uno de nosotros es aquel que tiene el poder de darnos o no, quitarnos o no, lo que deseamos o no. Todo hombre entonces, que quiere ser libre, no desea y no rechaza nada que dependa de otros, de lo contrario, necesariamente será esclavo.
De no hablar sino cuando fuere preciso, raramente despegaríamos los labios.
El infortunio pone a prueba a los amigos y descubre a los enemigos.
Los hombres no se perturban por las cosas, sino por la opinión que tienen de éstas.
Lo que tú evitas sufrir no lo hagas sufrir a otros.
Puedes ser invencible si nunca emprendes combate de cuyo regreso no estés seguro y sólo cuando sepas que está en tu mano la victoria.
Todos los asuntos tienen dos asas: por una son manejables, por la otra no.
Nuestro bien y nuestro mal no existen más que en nuestra voluntad.
Para juzgar si un hombre es libre no te pares a mirar sus dignidades, porque, al contrario, más esclavo es cuando más elevado cargo desempeña.
¿Es la libertad algo más que el derecho a vivir como se desee? Nada más.