Imágenes
No recibo cartas de los muertos, y sin embargo, cada día los quiero más.
Emily Dickinson
Uno aprende, cuando se hace viejo, que ninguna ficción puede ser tan extraña ni parecer tan improbable, como lo sería la simple verdad.
La vida es para dos. Nunca para un comité.
El cerebro es más grande que el cielo si los pones uno junto al otro el primero contiene al segundo y sin dificultad te incluye a ti también.
Ya te quieren. Sé simplemente la doncella que eres para mí y te querrán más.
Si tengo la sensación física de que me levantan la tapa de los sesos, sé que eso es poesía.
El éxito es más dulce a aquellas personas que nunca antes lo habían disfrutado.
Cuando frecuentaba el bosque de pequeña, me decían que una serpiente podría picarme, que podría coger una flor venenosa o que los duendes me podrían raptar, pero continué yendo y no encontré sino ángeles, mucho más tímidos ante mí de lo que yo pudiera sentirme ante ellos.
El hoy hace que el ayer signifique.
Vivir es tan asombroso que apenas deja espacio para otras ocupaciones, aunque los Amigos son, si cabe, un acontecimiento más hermoso.
No hay mejor fragata que un libro para llevarnos a tierras lejanas.
El corazón sigue sollozando en su sueño.
La verdad es algo tan infrecuente que es preciso decirla.
No ha sucedido nada sino la soledad, acaso demasiado cotidiana como para relatarla.