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¡Hijos de este siglo, este siglo os reclama que lo hagáis más grande que el siglo XV, el primero de la Historia moderna con sus descubrimientos, y más grande que el siglo XVIII, el último de la Historia moderna, con sus revoluciones!
Emilio Castelar
El mundo es para el hombre una tienda de campaña levantada un instante para albergarle un día.
No quiero hacer elegías, no quiero conmover vuestros corazones; sé muy bien que los corazones de los legisladores suelen ser corazones de piedra.
La libertad es el instrumento que puso Dios en manos del hombre para que realizase su destino.
Lo ideal, sentido con profundidad y expresado con belleza: he ahí el arte.
Así como la libertadmoral es el derecho de usar de nuestra propia vida bajo nuestra responsabilidad, la libertad social es el derecho que tienen todos los ciudadanos de obedecer solo a ley.
La sociedad y la naturaleza componen sus armonías de sus contradicciones.
La religión, como la moral, no pueden ser verdad para la vida sino son verdad también para la conciencia.
Un mal pensamiento es ya un mal castigo.
Tras la desconfianza en el propio criterio, viene la inmoralidad en la vida.
No quiero pensar, porque no quiero que el dolor del corazón se una al dolor del pensamiento.
Las coaliciones son siempre muy pujantes para derribar, pero siempre impotentes para crear.
La vida de un día no satisface, ese anhelo de vivir; el amor de un instante no puede llenar los deseos de este corazón inquieto.
Una vida en que no cae una lágrima es como uno de esos desiertos en que no cae una gota de agua: sólo engendran serpientes.