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Dios ha explotado todos nuestros complejos de inferioridad, comenzando por nuestra incapacidad de creer en nuestra propia divinidad.
Emil Cioran
Nunca estoy a gusto en lo inmediato, sólo me seduce lo que me precede, lo que me aleja de aquí, los innúmeros instantes en que yo no fui: lo no nato, en suma.
La vida dura lo mismo que nuestros estremecimientos. Sin ellos, es polvo vital.
El paraíso no era un lugar soportable, de lo contrario el primer hombre se hubiera adaptado a él; este mundo tampoco lo es, ya que en él se añora el paraíso o se da otro por seguro. ¿Qué hacer? ¿Dónde ir? No hagamos nada, no vayamos a ningún sitio, así, sin más.
Mi facultad de decepción sobrepasa el entendimiento. Ella es quien me hace comprender a Buda, pero también es ella quien me impide seguirlo.
A los últimos a quienes perdonamos su infidelidad es a aquellos a quienes hemos decepcionado.
Tal y como la Nada se vuelve Dios mediante la oración, de igual forma la apariencia se torna naturaleza gracias a la expresión...
Escriba libros sólo si lo que va a decir en ellos usted nunca se lo confiaría a nadie.
Por todas las evidencias estamos en el mundo para no hacer nada.
Los dolores imaginarios son, con mucho, los más, reales ya que se les necesita constantemente y se inventan porque no es posible prescindir de ellos.
Siempre que el cristianismo suscita mis dudas, una adversidad dolorosa ocupa el lugar del fasto escéptico y de los armas embriagadores. Me impide respirar. Huele a viejo. Me sofoco.
El nirvana estético del mundo: alcanzar lo supremo en medio de supremas apariencias. Ser nada y todo en la espuma de lo inmediato.
Arrancaré una nada embriagadora de todas las floraciones y me haré de las corolas de los campos un lecho donde dormir. Y ya no huiré a las estrellas ni me refugiaré en lejanías lunares.
El destino del hombre es agotar la idea de Dios.
El futuro sólo se vuelve temible en cuanto uno no está seguro de poder matarse en el momento deseado.
¿Es imaginable un ciudadano que no posea un alma de asesino?
El deseo de morir era la único que me importaba; por ello he sacrificado todo, aún la muerte.
El límite de cada dolor es un dolor mayor.
Se puede soportar cualquier verdad, por muy destructiva que sea, a condición de que sea total, que lleve en sí tanta vitalidad como la esperanza a la que ha sustituido.
Lo esencial surge con frecuencia al final de las conversaciones. Las grandes verdades se dicen en los vestíbulos.
Fuera de la música, todo, incluso la soledad y el éxtasis, es mentira. Ella es justamente ambos, pero mejorados.
Ser objetivo es tratar al prójimo como se trata a un objeto, a un muerto, es comportarse con él como un sepulturero.
Una civilización se destruye sólo cuando se destruyen sus dioses.
Algunos tienen desgracias; otros, obsesiones. ¿Quienes son más dignos de lástima?
La única originalidad del amor es que hace la felicidad indistinta de la desdicha.
La verdad empieza por un conflicto con la policía, y termina cuando los llamamos para que intervengan.
La conciencia es la pesadilla de la naturaleza.
El hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única, en realidad.
Nada delata tanto al vulgar como su temor a ser decepcionado.
¿Quién se revela? ¿Quién se levanta en armas? El esclavo raramente, pero casi siempre el opresor convertido en esclavo.
Basta con que escuches en silencio y lo oirás todo. No existen ni verdad ni error, ni objeto ni figuración.
Para usted que ya no la tiene, la libertad es todo. Para nosotros que sí, es meramente una ilusión.
Después de haber inventado mundos y haberlos perdido por los espacios, de pronto se da uno cuenta de que anhela algo que fuera (el Yo) una sombra de ser en medio de una ausencia general de existencia.
Es increíble que la perspectiva de tener un biógrafo no haya hecho desistir a nadie de tener una vida.
El ser es un jamás absoluto.
No son los males violentos los que nos marcan, sino los males sordos, los insistentes, los tolerables, aquellos qué forman parte de nuestra rutina y nos minan meticulosamente como el tiempo.
No puede concebirse la fuerza sin la enfermedad. No en vano los hombres más peligrosos son los que tienen una salud precaria. El carro de la historia está guiado por hombres que se buscan constantemente el pulso.
El catolicismo, judaísmo latino, salpicó de un hollín indeleble la exuberancia del Mediterráneo. ¿Cómo pudo "florecer" en sus riberas bañadas de un sol divino? El cristianismo es una reacción contra el sol y en su vertiente católica un ataque contra él que merece un capítulo aparte.
Misterio, palabra de la que nos servimos para engañar a los demás, para hacerles creer que somos más profundos que ellos.
Sé que mi nacimiento es una casualidad, un accidente risible, y, no obstante, apenas me descuido me comporta como si se tratara de un acontecimiento capital, indispensable para la marcha y el equilibrio del mundo.