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De nada sirve el conocer el pecado si el hombre no examina los actos de su vida, con el objeto de ver si ha cometido pecado.
Emanuel Swedenborg
La Naturaleza está separada de Él y sin embargo es El omnipresente en ella comparativamente como la luz está en el ojo, el sonido en el oído, el gustó en la lengua, ó como el éter está en la tierra y en las aguas.
En toda cosa perfecta hay pues una triplicidad, á saber: lo primero, lo intermedio y lo último, ó bien la intención, la causa y el efecto.
No hallándose el hombre en medio del cielo y el infierno, no tendría pensamiento, ni voluntad, menos aun libertad y elección, porque todas estas cosas las tiene el hombre por el equilibrio entre el bien y el mal.
Nada es jamás libre si no viene de la voluntad; o lo que es lo mismo, de la inclinación que es del amor, porque todo cuanto el hombre quiere o ama esto hace con libertad.
En todo debe haber equilibrio a fin de que algo pueda existir; sin equilibrio no hay acción y reacción porque el equilibrio existe entre dos fuerzas, impulsando una y repulsando la otra.
Puesto que la conjunción del bien con la verdad es como un matrimonio, es evidente, que el bien ama á la verdad y la verdad al bien, y que éste y aquélla desean unirse mutuamente. La conjunción del mal con la falsedad, interiormente mirada, no es matrimonio, sino adulterio.
La verdad es que la Creación no hubiera sido posible, sino según el Orden, y el Orden es principalmente, que el hombre sea una imagen de Dios, por lo cual se debe perfeccionar más y más en amor y sabiduría y así gradualmente ser hecho esa imagen.
Pensar y querer sin hacer, cuando se puede, es como una llama encerrada en un vaso, que se extingue, o como simiente echada en arena, que no brota, más que se pierde, junto con su prolífico.
El amor y la sabiduría, sin la tercera cosa que es el uso, pueden compararse con el calor y la luz del sol, los cuales, caso de no operar en hombres, animales y vegetación, serían cosas vanas e imaginarias.
Así como es imposible para Dios condenar al que conduce una buena vida y cree la verdad, así es también imposible para El salvar al que vive en la iniquidad y cree en falsedades; porque esto es igualmente contrario á Su Orden y por consiguiente contrario á Su Omnipotencia, la cual sólo puede operar con justicia, y las leyes de la justicia son verdades, que no pueden sufrir modificación alguna.
¿Quién no puede comprender, que el bien y el mal son opuestos, que si Dios por Su Omnipotencia pudiera querer y hacer ambos, no tendría Omnipotencia alguna? Sería tener dos voluntades opuestas, obrando ambas simultáneamente, de lo cual resultaría completa inmovilidad y por consiguiente impotencia.
Los verdaderos cristianos dicen en su corazón: un cristiano verdadero es aquel que vive como Cristo o como enseña el Señor. De esta manera se unificarían todas las diversas iglesias y desaparecerían todas las disputas que surgen de la mera doctrina, sí, incluso el odio recíproco se eliminaría instantáneamente y aparecería el Reino del Señor sobre la Tierra.
La voluntad es el receptáculo del amor y de los bienes, que son del amor, y el entendimiento es el receptáculo de la sabiduría y de las verdades, que son de la sabiduría. cada hombre es su propio amor y su propia sabiduría, ó lo que es lo mismo, su propio bien y su propia verdad. El hombre, es hombre por virtud de esto, y no por otra cosa alguna, porque nada en él aparte de esto es hombre.