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La felicidad es consecuencia de un esfuerzo personal. Luchas para conseguirla, te la trabajas, insistes en encontrarla y hasta viajas por el mundo buscándola.
Elizabeth Gilbert
En las vidas de todos nosotros hay días que desearíamos borrar del libro de nuestra existencia.
Siempre se ha dicho que el segundo matrimonio es el triunfo de la esperanza sobre la experiencia.
Al fin y al cabo somos lo que pensamos. Los sentimientos son esclavos de los pensamientos y uno es esclavo de sus sentimientos.
Cuanto mayor es la crisis, al parecer, más rápida es la evolución.
El lugar de descanso de la mente es el corazón. La mente se pasa el día oyendo campanadas, ruidos y discusiones, cuando lo único que anhela es tranquilidad. El único lugar donde la mente puede hallar la paz es en el silencio del corazón.
Dios se ha estampado a sí mismo en el mundo y debemos descubrir sus rastros.
Todos tenemos dentro un tesoro, que es nuestra perfección. Pero para conseguirlo tienes que abandonar el ajetreo de la mente y las necesidades del ego y entrar en el silencio del corazón.
A veces la vida es demasiado dura para estar solo y otras es demasiado buena para estar solo.
Todas las transformaciones parecen motivadas por la desesperación y la emergencia.
El amordesesperado consiste en inventarse un personaje, exigir a la persona amada que lo represente y hundirnos en la miseria cuando se niega a convertirse en ese ser de ficción.
Las teorías evolucionistas de hoy mantienen que en el mundo hay dos tipos de hombres: los que tienen hijos y los que saben criarlos. Los primeros son promiscuos; los segundos son constantes.
Más vale vivir tu propio destino imperfectamente que vivir a la perfección el destino de otra persona.
Las intervenciones del destino a menudo son una invitación para afrontar o incluso superar nuestros mayores miedos. No hace falta ser un genio para reconocer que si las circunstancias te empujan hacia aquello que más odias y temes, en el peor de los casos tendrás una oportunidad interesante para crecer.
La firma de todas las cosas; es decir, que Dios había dejado pistas ocultas, como método para mejorar a la humanidad, dentro del diseño de todas las flores, hojas, frutas y árboles del planeta.