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Todas las mujeres poseemos un tendón de Aquiles con pene que vaga por el mundo; algunas supongo que tendrán la suerte de no encontrárselo jamás.
Elísabet Benavent
Esconder las cosas importantes no tiene sentido y tampoco lo tiene retrasar las inevitables. Los sentimientos no son controlables, por mucho que algunos digan que se trata de cuestión de voluntad.
Las mujeres somos así. Nos gusta más el silencio porque en él caben todas las cosas que preferiríamos que ellos sintieran o pensaran.
Tenía que espabilarme y vivir, en vez de dedicar tanto tiempo a darle vueltas a la cabeza. Ya se vería.
Solo cuando me miras, soy.
Somos tan moñas que me dan ganas de vomitar arcoíris y llorar purpurina. Pronto comeremos nubes.
Lo odié durante un segundo como se odian esas cosas que sabemos que nunca tendremos.
Los besos hay que darlos como si no hubiera mañana, como si ese beso que das fuera el último que se te permitiera.
Quiero que me quieran. Y quiero querer hasta volverme loca. No sé si esas cosas existen, pero si no lo hacen, deberían.
En la vida real lo importante es estar mas a gusto que un arbusto y ser fiel a quello que te produce felicidad.
¿Adónde van las sensaciones cuando ya no puedes vivir con ellas en tu interior?
Si no me preocupo por perseguir yo mi propia felicidad, no será ella la que me persiga a mí.
Los celos, vengan de la parte que vengan, no son muestra de amor. Son miedo e inseguridad. Y convierten al otro o en un esclavo o en alguien que no es.
Cuando aprenderemos que los años solo son años y que las cosas grandes deben venir cuando nosotros las busquemos.
A veces, en la vida, conseguir lo que más queremos pasa por tomar la única decisión que tememos.
No te engañes, nena. Conmigo siempre fue... más.
No sé lo que somos, pero espero que no dejemos de serlo.
Empezaba a ser una costumbre eso de decirme cosas y no hacerme ni puñetero caso.
Caí de rodillas y no lloré porque sería ofenderla. A los dioses no se les llora. Se les honra.
Estás aquí, allá, más adentro y muy lejos. Estás allí donde ponga los ojos, allá donde piense, en cada lugar que imagine.
Las mentiras no pueden hacer nada bueno por nosotros.
Es fácil sentirse bien con uno mismo si al lado tenemos a alguien que se ha diluido en la total adoración hacia nuestra persona.
En momentos de debilidad es cuando uno se demuestra a sí mismo la voluntad de crecer.
Era a lo que estaba acostumbrada. Respondía a una rutina cómoda, pero debía haber prestado más atención a las clases de filosofía del instituto y hacer caso a Hume: mañana puede no salir el sol.
No hay mentira más grande que aquella que te ocultas a ti mismo.
No hay nada que nos parezca más atrayente que una historia imperfecta porque creemos que podremos arreglarla.
La belleza es una dictadura que acaba con el tiempo. Lo único que se puede hacer para retenerla es fotografiarla, porque queda como muerta sobre un papel. Pero nada más. Solo muerta en un papel.
No hay nada más bello que aquello que el tiempo es incapaz de alcanzar.