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La mujer espera y espera, todo en vano. Y no pregunta por qué espera, ya que teme más la respuesta que la espera.
Elfriede Jelinek
El instinto de la manada siempre lleva a valorar muy alto lo mediocre. Lo aprecia como algo valioso. Creen que son fuertes porque representan a la mayoría. En las capas medias no existen la sorpresa ni el temor. Se empujan unos contra otros para sentir la ilusión del calor. En la mediocridad nadie puede encontrarse a solas con algo, mucho menos consigo mismo. ¡Y cuan felices parecen!
El vicio, básicamente, es siempre el amor por los fracasos.
El tiempo es una terrible planta devoradora.
Tengo la sensación de que usted desprecia su cuerpo, que sólo da paso al arte, señora profesora. Dice Klemmer. Sólo le permite satisfacer sus necesidades primordiales, pero no basta sólo con comer y dormir. Señorita Kohut, usted piensa que su exterior es su enemigo y que sólo la música es su amiga. Sí, mírese en el espejo, ahí puede verse: jamás tendrá un mejor amigo que usted misma.
Arte y orden, parientes enemistados.
Quien no habla puede pensar.
El valor femenino disminuye de forma irrevocable en la misma medida que aumentan los años y la inteligencia.
En esta nueva era, lo que te hace libre es el conocimiento, no el trabajo.
Si alguien tiene un destino, entonces es un hombre. Si a alguien se le impone un destino, entonces es una mujer.
Esta señora representa a la mayoría ignorante, pero que desborda una única cosa: voluntad de lucha.
Lo inmensurable, lo invaluable son para mí los criterios para enfrentarse al arte.
Estos bellos ejemplares del género humano en el cine del centro de la ciudad actúan sin ningún tipo de dolor y sin la posibilidad de sentir dolor. Todo es plástico. En sí mismo el dolor no es más que una consecuencia del deseo de placer, de destrucción, de aniquilamiento y, en su forma más sublime, una forma de placer.
Busca alguien que no lo contradiga. Por eso busca a alguien que no lo entienda.
No tiene historia y tampoco hace historias.
Un escritor nunca debe comprometerse con los poderosos, con los gobernantes. Debe criticarles. Ese es su deber.
Gratis es solo la muerte y esta cuesta la vida; y todo tiene un final y sólo las salchichas tienen dos.
Desprecia a dos clases de personas: en primer lugar aquel que tiene su casa, su coche y su familia, y en segundo lugar, a todas los demás.
El poeta es un rey en su reino. Su imperio es la imaginación, en la que hay mansiones ilimitadas.
Hay en él un heroísmo solitario. Solitario porque nadie lo advierte y hasta el heroísmo más evidente pierde su valor si pasa inadvertido.
La niña es el ídolo de la madre y por ello la niña solo ha de pagar un discreto arancel: su vida.
Una de las condiciones básicas del amor es sentirse valorado gracias a que una persona busca a otra con empeño.
Miente como un libro. Y él lee muchos libros.
Todo hombre desea poseer a todas las mujeres del mundo, pero la mujer sólo quiere al hombre que ama y al que le es fiel.
Todo propietario aprende ya desde un comienzo y con sufrimientos: la confianza es buena, pero ha de haber control.
Para la mayoría, el máximo atractivo del arte se basa en reencontrar algo que creen conocer.
Erika no debe tener trato con gente simple, pero siempre ha de prestar atención a sus elogios.