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El carisma no se compra. Se construye. Un hombre carismático es un filtro de estímulos externos e internos que se conmueve ante lo auténtico, que no intenta ser diferente, sino que se diferencia por lo que es.
Egoland
Es importante conocerse, tener un concepto realista y claro de nosotros mismos y, a partir de ahí, cultivar habilidades sustanciales, en lugar de auto convencernos de que somos superseductores con superpoderes.
Le vamos a comunicar claramente nuestras intenciones porque sabemos lo que queremos y estamos convencidos de poder llegar a gustarle.
Es mucho más importante resultar atractivo que ser guapo. Pero lo más importante es la actitud: una actitud seductora sincera y coherente puedo garantizaros que aplasta a cualquier modelo, por muy guapo que sea.
El mero hecho de afirmar un interés sexual y que ella no salga pitando, diga lo que diga, ya es una demostración de que se siente atraída por vosotros.
Las mujeres pueden llegar a no exigir un buen físico al hombre por que se sienten atraídas, aunque, en mi opinión, sólo cuando ese hombre ya las ha arrollado con su personalidad. Es entonces y no antes cuando el físico deja de tener importancia.
Saber reírse de uno mismo delante de cualquiera desconcierta mucho. Un humor autocrítico proyecta un poder que la mayoría no está acosutmbrada a combatir. Si yo me he reído de mí mismo delante de ti, me puedo permitir el lujo de reírme de ti contigo y tú vas a querer estar a la altura, para que nos divirtamos.
Si queremos hacer una petición importante (que ella tenga que invertir mucho) debemos hacerlo en un intervalo de tiempo corto, y si lo queremos conseguir algo menos comprometido es conveniente dejar pasar un poco más de tiempo.
Jugar con lo que no podemos ocultar nos hace ser percibidos como personas con un alto grado de autoaceptación.
A pesar de que ella me rechaza, yo mantengo una actitud firme y resolutiva, coherente con lo que en un principio me ha movido hasta ella. Me pareció alguien interesante, y si me interesó en un primer momento no pude dejar de interesarme porque no sea mutuo.
Las mujeres ahora son más exigentes porque ya no dependen de nosotros, y esto, amigos, nos obliga a superarnos.
Hay muchos hombres que tienen miedo a ser directos y hablar abiertamente de lo que desean y de lo que sienten. No tengas miedo a sexualizar y a reflejar tu interés. De hecho, si das muchas vueltas, probablemente ella te catalogue de inseguro y se canse de ti.
No centréis vuestros esfuerzos en ser unos cabrones... si bien es cierto que no va a veniros nada mal parecerlo. Mi consejo es proyectar cierta tendencia. Jugar con ello sin ser explícitos, pero sin olvidarnos de subcomunicar que, ante todo, tenemos la capacidad de velar por ellas si nos lo propusiéramos.
Las mujeres del siglo XXI de cultura o influencia occidental se acuestan con quien quieren, cuando quieren y por los motivos que quieren, con lo que disminuye considerablemente su legitimidad histórica a proclamarse víctimas de los hombres seductores. No consintáis que os califiquen como villanos por seducir a una mujer si se encuentra en igualdad de condiciones.
Vivo sin máscaras. No escondo mi interés delante de una mujer. Un interés siempre condicionado desde una actitud generosa y evaluadora. Yo me expongo abiertamente al mencionar mi interés de forma explícita. Quiero hablar contigo para averiguar cuánto me puedes interesar.
Cualquier chica del mundo, por muy atractiva, explosiva o despampanante que sea, tiene algo que no puede negar: una vagina. Y resulta que por ley natural las vaginas piden, necesitan, y desean algo que nosotros tenemos: un pene. Por favor, recordadlo cuando estéis temblando de miedo en el momento de acercaros a una mujer.
Si yo expongo mi vulnerabilidad, a partir de ese momento no solo estoy libre de cualquier reproche o recriminación por su parte hacia mi carencia o defecto, sino que, además, soy percibido como un hombre valiente y congruente sin el peso de tener que ocultar algo incómodo.
A mis alumnos les digo que tenemos la obligación de exponer nuestras intenciones. Ellas deben tener claro que no están delante de corderos u otras inofensivas criaturas.
En la vida, en la seducción y en todo lo que se os ocurra, lo real, sincero y natural es lo que realmente resulta atractivo. Creo que uno de los factores de mi éxito con las mujeres es que busco mi propio disfrute personal y ellas lo perciben. Eso transmite seguridad, naturalidad y ausencia de necesidad de agradar.
Cuanto más logres que invierta una mujer en ti en términos de emociones, energía, trabajo, dinero, tiempo, etc., más fácil te resultará avanzar con ella. Si deseas obtener algo grande, intenta primero conseguir algo pequeño. Piensa que cuanto más se implique ahora, más natural le resultará implicarse luego.
El cabrón, tal y como ellas lo ven, posee la experiencia sexual que tanto les interesa para sus imágenes contigo en la cama. Es alguien que se autoacepta y desmarca del resto de hombres.
Nunca debemos hacer el menos caso de lo que nos dice verbalmente si no va acompañado de un comportamiento coherente.
Cualquier rechazo es un rechazo transitorio o temporal si se actúa convenientemente. La reactividad congruente les modifica su visión de nosotros y como consecuencia, modifica su conducta.
Mi actitud honesta y segura me distingue como alguien que actúa con confianza en sí mismo. Además, siempre me planteo que puede ser ella, la que tengo delante, la mujer de mi vida. Eso hace que la naturalidad de mi interés sea más creíble. Siento de verdad y abro la puerta al romanticismo.
Nosotros somos los hombres y os propongo estar muy cómodos dando el primer paso. El primer paso... Pues sí chicos, de momento nos toca darlo a nosotros, porque en la mayoría de los casos no van a ser ellas las que lo den: llevan muchos siglos acostumbrados a recibirnos.
Para mí, ser un seductor no quiere decir ser alguien o como alguien en concreto, sino ser uno mismo optimizando los recursos propios de cada uno. Ni hay que hablar de una forma concreta, ni hay que vestirse como alguien ni lucir un estilo que nada tenga que ver contigo. Se trata de ser única y exclusivamente tú, habiendo desarrollado algunas habilidades.
Aquí estamos para poder superar los miedos y los obstáculos que nos impiden poder ser tal y como quisiéramos ser delante de una mujer. ¿Por qué? Pues porque nos gustan las mujeres. Nos gustan y no son nuestros enemigos a los que hay que castigar. No coleccionamos cabelleras como los apaches, sino que coleccionamos calidad de sensaciones compartidas.