Imágenes
El que está alegre jamás ha consolado a nadie.
Eduard Mörike
La desdicha hace al hombre solitario e hipocondríaco. En esta coyuntura él recoge su vallado, lo más que le es posible, en torno a su cabaña.
El hombre guía su coche hacia donde le place, pero entre las ruedas gira insensiblemente la pelota que quiso esquivar.