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No vaya apacible en una buena noche.
Dylan Thomas
Mi corazón único y noble tiene sus testigos en todos los países del amor que a tientas despertarán; y cuando el sueño ciego caiga sobre los sentidos en acecho será sensual el corazón aunque haya cinco ojos que se quiebren.
Un buen poema es una contribución a la realidad. El mundo nunca es el mismo una vez que un buen poema se ha añadido a la misma.
La luz irrumpe donde ningún sol brilla, donde no se alza mar alguno, las aguas del corazón impulsan sus mareas.
Hago esto en una reñida ausencia cuando cada antiguo, pétreo minuto acogotado de la estación del amor fondea mi enraizada lengua...
¿Se dirá que los dioses cascan las nubes cuando las nubes son malditas por el trueno, se dirá que lloran cuando aúlla la atmósfera? ¿Serán los arcoíris el color de sus túnicas?
Al principio era el fuego ascendente que encendía con una chispa las atmósferas, chispa de ojos rojizos, chispa de triplicados ojos, brusca como una flor.
Aunque los amantes se pierdan el amor no se perderá.
He oído el contar de muchos años y muchos años tendrían que atestiguar un cambio. La pelota que arrojé cuando jugaba en el parque aún no ha tocado el suelo.
Un alcohólico es alguien que no te cae demasiado bien, y bebe tanto como tú.
La fuerza que por el verde tallo impulsa la flor impulsa mis verdes años; la que agosta la raíz del árbol es la que me destruye.
Un cambio en los climas del corazón vuelve seco lo húmedo, la bala de oro estalla sobre la tumba helada. Un clima en la comarca de las venas cambia la noche en día; la sangre entre sus soles ilumina al viviente gusano.
El mundo no vuelve a ser el mismo cuando le agregamos un buen poema.
Mi sangre nace en las venas de las rosas.
No entres dócilmente en esa buena noche. Enfurécete, enfurécete ante la muerte de la luz.
¿Acaso porque el ave del placer silbe luego de las púas candentes en los ojos, será más dulce el canto del caballo ciego?
De los suspiros algo nace que no es la pena, porque la he abatido antes de la agonía; el espíritu crece olvida y llora: algo nace, se prueba y sabe bueno, todo no podía ser desilusión: tiene que haber, Dios sea loado, una certeza, si no de bien amar, al menos de no amar, y esto es verdadero luego de la derrota permanente.
Yo no escribo para el orgulloso aparte de la luna que está bramando en estas páginas de rocío marino ni para los muertos imponentes con sus ruiseñores y salmos sino para los amantes, cuyos brazos rodean las penas de todos los tiempos, quienes no me pagan con alabanzas ni monedas ni prestan atención a mi oficio o arte.
Alguien me aburrió. Creo que soy yo.
Soy un caprichoso usador de palabras, no un poeta. Ésa es la verdad.
Sólo hay una posición para un artista en cualquier lugar, y es estar en posición vertical.
El que busca descanso encuentra aburrimiento. El que busca trabajo encuentra descanso.