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Las cartas son como paquetes que contienen sorpresas.
Doménico Cieri Estrada
Quien no perdona a tiempo, sufre un tiempo.
La humildad es como un pegamento.
La vida nos regala lo más preciado de si misma cuando convergemos en el amor.
El hombre que condiciona su felicidad al cumplimiento de un objetivo se hace esclavo de éste.
El sabio es amable, el necio es áspero.
Saber reconocer lo que hay de bueno en los demás nos hace buenos.
El buen humor es síntoma de salud mental.
Saber alejarse y acercarse es la clave de cualquier relación duradera.
La prisa y el necio se topan frecuentemente.
No te acostumbres a todo lo bueno que obtienes, para que puedas seguirlo viendo.
El que escribe mucho no yerra menos del que habla mucho.
Sin amabilidad el ser humano deambula por la vida torpemente.
Entendemos tan poco de la vida, que aceptar eso ya es ganancia.
La sabiduría no esta lejos del dolor humano, es más bien su compañera, su consejera.
El sabio es generoso.
Quien vive en armonía no teme la soledad.
Los años son como peldaños desde donde podemos ver mejor.
Así como en una tarde de toros una buena tanda de muletazos puede valer por toda la corrida, así en la vida sucede con algunos logros.
¡Cuantos desfiguros causa la vanidad!
El trabajo es la fortuna del hombre.
La vida humana tiene una explicación que sale de nuestros límites, fuera de nuestro contexto seguramente hay razones poderosas de la creación de la raza humana y de su destino. Pero cualesquiera que fueran esas razones, si no hubiera para esa raza humana una vida posterior entonces éstas habrían sido insuficientes y contrarias a las altas aspiraciones del espíritu humano.
La belleza humana es aristócrata.
La humildad es nuestro contacto con la realidad.
Una de las sorpresas más agradables que podemos encontrar al comprometernos totalmente con algún proyecto específico es que surgen fuerzas y oportunidades que no hubiéramos imaginado hasta entonces.
Matemáticamente, si la inteligencia y el amor humano existen, hay una inteligencia y un amor superiores que les dieron origen.
Hay momentos en la vida que valen años.
La bondad se abre paso suavemente.
Una persona sabia es una persona feliz.
Los favores rebotan.
Pese a los múltiples avances tecnológicos y científicos de la era moderna, el hecho de no poder comprobarse la vida del hombre después de la muerte, es la mayor muestra de su contingencia y de su pequeñez. Para que no se le olvide que sin dios es nada.
La felicidad es cuestión de descubrirla en nuestras ventajas.
La generosidad humana es un reflejo del amor de Dios.
La felicidad del ser humano depende de su buena voluntad básicamente.
Es un arte saber ceder en lo trivial.
Escribir un libro ha de ser como cernir el trigo.
De la forma como se trata a los demás depende gran parte del éxito.
El amor es un hallazgo.
La champaña de la vida, eso es la sonrisa de la persona que amamos.
La serenidad es fruto de la sabiduría.