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Excepto tu libertad cede todas las cosas.
Demófilo
Ni los golpes de un enfermo, ni las amenazas de un tonto deben temerse.
La alabanza es como una armadura pintada, es agradable y no sirve para nada.
El viento hincha las vejigas; las falsas opiniones a los hombres estúpidos.
El trueno asusta a los niños; las amenazas a los hombres tontos.
Pide a Dios las cosas que merecen ser concedidas por él.
No busques el nombre de Dios, porque no lo encontrarás. Porque todo lo que tiene nombre, lo recibe de lo que es superior a él.
Creer en las pérfidas insinuaciones de un adulador es como beber veneno en una copa de oro.
No pidas a la divinidad, lo que no puedas conservar una vez obtenido.
No te fies de las palabras: En esta vida encontrarás a muchas personas que viven mal y hablan bien.
No es poca ciencia aprender a soportar las tonterías de los ignorantes.
La razón, como un buen alfarero, da hermosa forma al alma.
Honra a Dios sobre todas las cosas, para que él te gobierne. Pero si te entregas al dominio de Dios, tendrás dominio sobre todas las cosas.
El que desconfía de todos es digno de que nadie se fíe de él.
No es libre quien no haya obtenido dominio sobre sí mismo.
Promete poco y cumple mucho.
Haz lo que consideres honesto, sin esperar ningún elogio; acuérdate de que el vulgo es un mal juez de las buenas acciones.
La jactancia, como la armadura dorada, no es lo mismo por dentro que por fuera.
Los hombres locuaces, como la cotorra, por su continua charla, destruyen el placer de la conversación.
La amistad es el puerto de la vida.