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Preferiría comprender una sola causa que ser Rey de Persia.
Demócrito
Los juramentos que hicieron en medio de la necesidad no los observan los mezquinos cuando se han librado de ella.
En absoluto hay que sentir más vergüenza ante los hombres que ante uno mismo ni hacer algún mal si nadie va a saberlo con más motivo que si van a saberlo todos los hombres, sino que uno debe sentir vergüenza especialmente ante uno mismo e inculcar este principio en el alma como para no hacer nada incoveniente.
Vida sin fiestas es como largo camino sin posadas.
Lo bueno no es cometer injusticia, sino no querer hacerlo siquiera.
Quien acierta con su yerno, encuentra un hijo; el que fracasa, pierde también una hija.
Quien se halla enteramente dominado por la riqueza nunca podría ser justo.
Vergonzosa cosa para un hombre ocuparse en los asuntos de los demás e ignorar los suyos.
Muchos que cometen las acciones más vergonzosas arguyen las mejores razones.
El deseo de algo más echa a perder lo que se tiene, con el mismo resultado que el perro de Esopo.
No anheles conocerlo todo, no sea que te vuelvas ignorante de todo.
El que todo lo aplaza no dejará nada concluido ni perfecto.
La naturaleza y la enseñanza son cosa semejante. Y es que la enseñanza remodela al hombre y, al remodelarlo, actúa como la naturaleza.
Quien procede injustamente es más desgraciado que la víctima de su injusticia.
Los miserables que acceden a los cargos, cuanto más indignos son al llegar a ellos tanto más ociosos se hacen y más se llenan de insensatez y de engreimiento.
Lo mejor para el hombre es pasar la vida lo más contento y lo menos afligido que pueda. Ello sería posible si los placeres no se basaran en cosas perecederas.
Es ruinoso tratar de agradar a los vecinos.
Nada existe, aparte de átomos y el vacío.
Se debe ser veraz, no charlatán.
Las riquezas no consisten tanto en la posesión de los bienes como en el uso que de ellos se hace.