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Exoterizar lo esotérico, hacerlo visible, es la vía de la enseñanza.
Delia Steinberg Guzmán
Y así como la Vida se transmite y va de cuerpo en cuerpo, la Sabiduría se transmite y toma cuerpo de tiempo en tiempo. La larga cadena de sabios que en el mundo han sido, llenan la Historia, destacándose por su profundidad y por la reiteración con que todos ellos han incidido en las mismas Verdades.
La vía del Poder o Política es la ciencia y el arte de plasmar una Civilización.
La Ciencia no crea lo que descubre, sino que descubre una vez más las eternas Leyes de la Naturaleza.
El Universo es el gran Ser Vivo -Macrobios- que surge de la Deidad Absoluta. Toma cuerpo cada vez que se manifiesta, y lo pierde cada vez que se resume en su Principio Esencial.
Las actuales mutilaciones de la filosofía están movidas por oscuras corrientes de opinión, que cercenan así este estilo de vida para el cual nunca deben quedar rincones oscuros.
No obstante, las modas pasan; los momentos difíciles se superan, y en última instancia las páginas de la Historia se llenan con aquellos elementos que logran sobrevivir.
Se nos escapa el tiempo aparentando lo que no somos, en parte porque no sabemos con exactitud qué, ni quienes somos, y en parte porque la fuerza de las modas impone de tal manera, que hay que seguirlas aún sin identificarse con ellas.
En realidad, toda Filosofía es esotérica, por cuanto constituye un Amor a la Sabiduría que todavía no poseemos, por aquello que todavía está escondido a nuestra visión. Y eso es lo esotérico: lo oculto, lo escondido, no por maldad premeditada de nadie, sino por nuestra propia ignorancia.
La vía del Arte se ha de fundamentar no sólo en las emociones burdas y ni siquiera en los sentimientos, sino que ha de desarrollar la intuición de los Arquetipos, de las Ideas Primeras que, en su perfección, incluyen por lógica la Belleza.
La vía de la Religión ha de ser una forma efectiva de unión del hombre consigo mismo, con los demás hombres y con Dios.
Como en todos los tiempos, la filosofía es incomprendida y los filósofos escarnecidos; a veces ha sido la persecución física, y otras la ironía y la paulatina destrucción de imagen en base a calumnias, las que han ido detrás de los mismos fines.
No somos perfectos, pero somos capaces de concebir lo que es la perfección. La acción es preferible a la inacción y el compromiso con la vida es preferible a la indiferencia apática.
El FILÓSOFO no es un sabio, no posee aún el tesoro de la Sabiduría, sino que tan sólo la busca, va tras ella incansablemente. No se conforma con el variado campo de las opiniones intelectuales: a medida que va conociendo, se va transformando; su conocimiento, al llegar al fondo de las cosas, se convierte en un estilo de vida.