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La próxima vez que te vea será en la iglesia. Se acabó para siempre el amor recatado que ni a ti ni a mí nos agrada. Adiós. Al amor de banca y al amor de sala. Adiós al pudor inmaculado. Ahora viviremos el amor a tambor batiente con muchas formas de besos y muchas formas dé agarre.
Daniel Sada
La importancia del amor para siempre. La permanencia del gozo. A partir de la comprensión. El significado de la vida que se comparte.
Hay una invención del norte, pero al mismo tiempo hay una poética, porque recojo la oralidad, la amplia gama de sonidos y léxicos que hay en el norte y en general en el país: he estado en varios países de habla española y nunca he visto que uno tenga la variedad de léxicos que tiene México, ya sea en el norte o en el sur.
Si bien uno tiene que sincerarse demasiado en la literatura y escribir lo que está dentro de sus vivencias, de lo que padece y lo que goza, pienso que me han ajustado al norte por comodidad: para mí sólo se trata de una invención, porque no soy un escritor enteramente realista; hay una recreación en las atmósferas, pero no una precisión por captar el espíritu.
Al decirte que estoy enamorada de ti, lo que en realidad quiero confesarte es que ya no me gusta esta vida de burdel. Quiero que me lleves contigo.
Que la soledad sea amago de un terror perpetuo. Que avance para emborrascarse. Que se infle para que a sí misma se espante. Sea lo que fuere, la soledad no es deseable.
Amor eterno que se recuece. Adherencia y despeje. Cierto era que Renata lo empujaba a una definición sentimental que sin duda valía la pena. Asentamiento. Creencia. Lo puto, pues, bien visto y por el rumbo correcto.
A mí no me gusta la literatura solemne, detesto la solemnidad y la pomposidad en el arte. A mí me gusta que lo que escribo tenga muchas luces y mucha chispa, que sea festivo. El arte es, ante todo, un enigma, pero no un enigma doloroso necesariamente, puede ser un enigma absolutamente gozoso.
La tradición más antigua está en la oralidad y no en la escritura. El lenguaje tiene que ser musical, para que las historias te lleven tienen que ser musicales.
Ninguna emotividad madura si se es humilde en el amor, humilde siendo gigante y en presencia de una mujer bellísima, casi hecha a mano, pero de corta estatura; humilde a propósito o cobarde por restringirse a un léxico que proyectara, puro azúcar, azúcar y cuidados extremos hasta en el tono de voz.
Lo visual es muy importante en la escritura, porque para que la gente se acuerde tiene que verlo o verlo a través de su imaginación, pero si no puede verlo claramente es muy difícil que lo pueda aprender.
Creo que el cuento, a diferencia de la novela, la poesía y el ensayo, es el género más anquilosado, porque no ha tenido grandes renovaciones. La novela ha sido un territorio perpetuo de experimentación.
La felicidad es siempre aleatoria.
El misterio de vivir no necesariamente tiene que ser doloroso, la literatura tiene que ser una fiesta.
Me gusta mucho el sonido de las palabras: oírlas, percibirlas, volverlas a nombrar, repetírmelas hasta que me las aprendo y capto su sonido. Podría decir que la música del idioma es lo que me atrae más.