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Los tontos son más peligrosos que los ateos.
Cristina De Suecia
Todo lo débil es viejo, todo lo fuerte es joven.
Me encantan los hombres, no porque sean hombres, sino porque no son mujeres.
Las monjas y las mujeres casadas son igualmente infelices, pero de distinta forma.
Si el hombre procurase ser tan bueno como procura parecerlo, conseguiría su objetivo.
Los hombres desaprueban, por lo común, lo que son incapaces de ejecutar.
La ambición suele hacer traidores.
El secreto de poner en ridículo a las personas reside en conceder talento a aquellos que no lo tienen.
Hay dos cosas que siempre hacen hablar: el coraje y la vanidad.
La sabiduría es el pilar del reino.
La más pequeña mosca irrita al león más terrible.
La vida es un tráfico donde se balancean las pérdidas y las ganancias.
La vida se convierte en inútil e insípida cuando dejamos de ser amigos o enemigos.
Somos más sensibles a los males que aquejan este mundo que a los bienes que lo adornan.
Los hombres siempre desaprueban lo que no son capaces de hacer.
Es necesario tratar de superarse siempre; esa tarea debe durar toda la vida.
La grandeza no consiste en hacer todo aquello que se quiere, sino en querer todo aquello que se debe.
Hay una estrella que nos une por encima de las almas comunes, a pesar de la edad y mundos diferentes.
Si se conocieran a fondo los deberes de los príncipes, pocos serían los que los desearan.
La grandeza y el amor son como los perfumes; los que los llevan apenas los sienten.