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Una mujer que piensa que es inteligente exige los mismos derechos que el hombre. Una mujer inteligente se da por vencida.
Colette
Ser feliz. Es una forma de ser sabio.
¡Qué maravillosa vida que he tenido! Ojalá me hubiera dado cuenta antes.
El enfermo de amor, el traicionado y el celoso tienen el mismo olor.
Sólo hacemos bien las cosas que queremos hacer.
Una mujer disfruta con la certeza de acariciar un cuerpo cuyos secretos conoce y cuyas preferencias son sugeridas por el suyo propio.
Un hombre furioso y bestial se dejará llevar hasta el asesinato, porque se hallará saturado de vino o furioso, inspirado por la ira o el alcohol. Es malo. Ignora el placer de matar, la caridad de dar muerte como una caricia, de hacerla intervenir en juegos que son como los de las fieras distinguidas: los gatos, los tigres, abrazan a sus presas lamiéndolas al mismo tiempo que las magullan.
La sinceridad no es una flor espontánea, al igual que la modestia.
Uno pretende olvidar la vejez hasta el borde de la tumba.
No es algo malo que los niños, ocasionalmente y en forma cortés, pongan en su lugar a sus padres.
Los viajes sólo son necesarios para las imaginaciones menguadas.
El aburrimiento ayuda a tomar decisiones.
Cuando se es amado, no se duda de nada. Cuando se ama se duda de todo.
Nunca toque el ala de una mariposa con el dedo.
Harás cosas insensatas, pero hazlas con entusiasmo.
Hay menos maneras de hacer el amor de lo que se dice, pero más de lo que se cree.
Escribir sólo conduce a más escritos.
La ausencia total de humor hace la vida imposible.
A veces se siente más la angustia esperando un placer que sufriendo una pena.
Soportaría gustosa una docena más de desencantos amorosos, si ello me ayudara a perder un par de kilos.
Cuando era pequeña me decían: El trabajo lleva en sí mismo su recompensa. Y yo esperaba, tras el esfuerzo, una recompensa misteriosa, abrumadora, una especie de gracia. Todavía la espero.
Una infancia feliz es deficiente preparación de los contactos humanos.
Los defectos de los maridos a menudo son causados por el exceso de virtudes de sus esposas.
Para un poeta, el silencio es una respuesta aceptable, incluso halagadora.
Adoro mi pasado. Adoro mi presente. No estoy avergonzada de lo que he tenido, y no estoy triste porque ya no lo tengo.
Ninguna tentación puede ser medida jamás por el valor de su objeto.