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Basta frecuentemente una frase corta para derribar un poder.
Claude Lévi-Strauss
Nada se parece más al pensamiento mítico que la ideología política.
Así como el individuo no está solo en el grupo, ni nadie es la sociedad solo entre los demás, el hombre no está solo en el universo.
Nuestro sistema es la medida del absurdo, ya que tratamos al delincuente a la vez como un chico, de modo de tener derecho a castigarlo, y como un adulto, para poder negarle consuelo.
La lengua es una razón humana que tiene sus razones y que el hombre no conoce.
Al conocimiento del pasado le atribuimos la capacidad de permitirnos comprender el presente y ese presente nos sirve para hacer previsiones sobre el futuro.
El sabio no es el hombre que proporciona las respuestas verdaderas, es el que formula las preguntas verdaderas.
Cansa el primitivismo de la televisión.
El mundo empezó sin el hombre, y acabará sin él.
La vida social consiste en destruir lo que le da su aroma.
El mundo ha comenzado sin el hombre y terminará sin el.
El único fenómeno con el cual la escritura ha sido siempre concomitante es la creación de ciudades e imperios, es decir la integración de un gran número de individuos en un sistema político, y su clasificación es castas o clases...
Un humanismo bien ordenado no comienza por sí mismo, sino que coloca el mundo delante de la vida, la vida delante del hombre, el respeto por los demás delante del amor propio.
La ciencia sola no es capaz de responder todas las preguntas y, pese a su desarrollo, jamás lo será.
La función primaria de la comunicación escrita es facilitar el sometimiento.
Todo casamiento es un encuentro dramático entre la naturaleza y la cultura, entre la alianza y el parentesco.
Ser humano significa, para cada uno de nosotros, pertenecer a una clase, a una sociedad, a un país, a un continente y una civilización; y para nosotros los moradores europeos, la aventura desarrollada en el corazón del Nuevo Mundo significa en primer lugar que no era nuestro mundo y que tenemos responsabilidades en el crimen de su destrucción.
El más lento en prometer es siempre el más seguro en cumplir.