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No hay nada hecho por la mano del hombre que tarde o temprano el tiempo no destruya.
Cicerón
No basta tener la virtud y no hacer uso de ella; es como tener un arte y no ejercitarlo.
Nada es difícil para el que ama.
Recuerdo incluso lo que no quiero. Olvidar no puedo lo que quiero.
Vivir es pensar... eso pienso.
Es la fortuna, no la sabiduría, la que gobierna la vida del hombre.
Cuando aspiras a alcanzar el puesto más alto, recuerda que es honorable la segunda, o tercera posición.
Como un campo, aunque sea fértil, no puede dar frutos si no se cultiva, así le sucede a nuestro espíritu sin el estudio.
Los apetitos del estómago y del paladar, lejos de disminuir a medida que los hombres envejecen, van en aumento con la edad.
No hay nada más necio que una risa necia.
Cuando los tambores hablan, las leyes callan.
La salud del pueblo está en la supremacía de la ley.
La frugalidad compromete todas las demás virtudes.
Recuerdo lo que no quisiera, y no puedo olvidar lo que quisiera.
Obra muy mal quien trata de obtener con el dinero lo que debe obtener con la virtud.
Vivir sin amigos no es vivir.
De todos es errar; sólo del necio perseverar en el error.
Hay que comer y beber con tal moderación, que nuestras fuerzas se restauren y no se recarguen.
Si ha de hacerse la guerra, hágase únicamente con la mira de obtener la paz.
La muchedumbre es juez despreciable.
La virtud encuentra su recompensa en sí misma.
El dolor, si grave, es breve; si largo, es leve.
El peor jefe que nos puede tocar, es un mal hábito.
Humano es errar; pero sólo los estúpidos perseveran en el error.
Tropezar dos veces en la misma roca es una desgracia proverbial.
La primera ley de la amistad es pedir a los amigos cosas honradas; y sólo cosas honradas hacer por ellos.
Que cada uno practique el arte que conoce.
Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros.
Nada prueba mejor un carácter estrecho y ruin que el amor al dinero, y nada es más noble y excelso que despreciarlo si no se tiene, y emplearlo cuando se tiene, en forma benéfica y generosa.
Un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma.
Ningún hombre puede ignorar que tiene que morir, ni debe estar seguro de que ello no pueda ocurrir en este mismo día.
No hay nada que Dios no pueda realizar.
¡Oh, dulce nombre de la libertad!
Me avergüenzo de esos filósofos que no quieren desterrar ningún vicio si no está castigado por el juez.
El que enseña el camino al que va errado, luz en su luz le enciende y a él le alumbra habiéndola comunicado.
Cuanto mayor es la dificultad, mayor es la gloria.
Los deseos del joven muestran las virtudes futuras del hombre.
Sin la esperanza de la inmortalidad, nadie afrontaría la muerte por su patria.
Se fue, partió, corrió, escapó.
La ciencia que se aparte de la justicia más que ciencia debe llamarse astucia.