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Aunque sé que me la juego un poco siendo natural, también creo que es más honesta mi actitud de ser como soy, a ponerme en un plan postizo que no me apetece.
Chenoa
Mi Facebook está bautizado como el Rincón Positivo. Ahí estáis todos invitados porque es un lugar de buen rollo y buena vibra.
La gira con Andrea Bocelli era un reto personal y profesional, en todos los niveles. Fue una experiencia muy enriquecedora.
Yo me sigo viendo mirada de niña. Siempre he sido súper Peter Pan, me encanta. No me gusta verme triste.
A mí me ha costado muchos años llegar a ser mi amiga. Pero para ser mi amiga acepto mi lado oscuro y mi lado bueno.
El momento del café es fantástico. Para mí es todo un ritual.
Mis padres son artesanos de la música.
Al final lo que queda es ser persona, lo demás tira.
Yo he estado 8 años haciendo música, callando lo que tengo que callar, y hablando lo que tengo que hablar.
Es muy aburrido que todos seamos tan perfectos y tan estupendos como nos quieren hacer parecer. Todos tenemos algo bonito y hay que sacarle partido, hay que alabar eso.
Tienes que dejar salir tu friki que llevas dentro... es una terapia. ¿Para qué tener vergüenza? Si no haces daño a nadie, ¿qué más te da? Saca tu friki.
Honestamente, soy una mala cocinera desde el principio. No es algo que me haya costado trabajo sincerar hacia el público.
Me gustaría que se me apareciera el fantasma de Marilyn Monroe por puro morbo: quisiera saber qué le pasó de verdad.
El EP me parece más honesto; es como dar a catar el disco.
Enseñar el espíritu es el striptease más profundo y peligroso. No hay dinero para pagarlo.
Se vende el pescado, pero la música se ofrece. Es una oportunidad de degustación para el oído.
Considero que el artista siempre debe defender su locura.
¿Por qué me tengo que hacer mala sangre para que los demás se sientan mejor? ¡Qué injusto!
Soy una soñadora en el fondo. Me pongo muy sarcástica y un poco macarra a veces, pero bueno, sí que tengo ese puntito princesilla, de absurda cenicienta.
Canto igual en todos los estilos porque es mi seña de identidad, pero le hago a todo.
¿Si he mentido alguna vez? Sí, he dicho que estaba contenta. ¿Por qué lo he hecho? Para que no me pregunten qué me pasaba.
Generalmente la gente se dedica a ver la mier de los demás para luego no ver lo suyo.
Mi trabajo no es agradar constantemente, ni justificarme, ni mostrar qué tan buena gente soy. No me dedico a eso. Me dedico a hacer música.
Mi madre me dijo que si no era cantante que fuera abogada.
Al final esta profesión es una filosofía de vida: tienes que saber llevarla, saber empujarla... otras veces debes calmarte y esperar. Es como una intuición constante en donde influye un sexto sentido.
Soy muy amiga de mí misma.
Nadie llega a ser amigo suyo hasta que no acepta lo bueno y lo malo que tiene.
Mi punto real parte desde que no estoy pensando constantemente qué te voy a contestar para quedar bien porque me están viendo en la tele y tú también te quedes contenta.
Mientras tengas energía que puedas repartir, ¿qué mejor que darla?
Es muy importante no gustar a todo el mundo. Si gustas a todos es que en algo te estás equivocando. Y lo peor es no saber en qué
Tengo muy poca vergüenza generalmente, pero es verdad que tengo muchos rincones que son muy míos. Soy muy difícil de descubrir.
No tienes que dramatizar ni llorar por una situación que vives... es tu elección.
Cuando eres pequeño y ves que algo funciona lo repites. Ya luego se vuelve innato, ya sin querer es algo que te das cuenta que haces.
¿Sigues haciendo la cama en los hoteles? - Sí... ¡y ordeno las toallas también! Quiero que lo sepáis: es una cosa que no puedo evitar. Soy una maniática.
Si hay un intento, no hay un fracaso.
Yo nunca me quedo parada en una cosa que sé hacer, sino que me muevo en aguas movedizas, donde no controlo, para poder aprender de qué va.
¡¿Por qué no puedo venir con vosotras a una entrevista normal y hablar de mi disco como una artista profesional?! Mi madre me dice: ¿Tú a qué vas exactamente allá?
Mi madre siempre dice: Yo no voy a dejar de cantar porque para mí es como respirar.
Así crecí yo: cantando en el baño con un cepillo las canciones de mi madre.
Soy muy abstracta en los sueños: hablo con sillas, con mesas... estoy medio pirada. Tampoco me los tomo muy en serio.