Imágenes
Sólo de borracho a borracho nos entendemos.
Chavela Vargas
Cuando la luz del sol se esté apagando y te sientas cansada de vagar, piensa que yo por ti estaré esperando... hasta que tú decidas regresar.
Yo nunca me he acostado con un señor. Nunca. Fíjate qué pureza, yo no tengo de qué avergonzarme... Mis dioses me hicieron así.
Frida esparcía ternura como flores, sí, como flores. Una gran ternura, una ternura infinita.
La vida se ve mejor a los 93 años... compruébenlo.
La libertad no sólo es soledad, también es pobreza. El ser libre es pobre. Yo no quisiera, por nada del mundo, estar en los zapatos de ese mexicano que dicen es de los más ricos o el más rico del mundo. Seguramente no es un ser libre.
El amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo.
Me enseñó muchas cosas y aprendí mucho, y sin presumir de nada; ¡agarré el cielo con las manos, con cada palabra, cada mañana!
Es demasiado el peso que cae sobre la piel tras un concierto. Un peso enorme que cubre el alma. Es el peso de la soledad.
Hay que llenar el planeta de violines y guitarras en lugar de tanta metralla.
Para creer, hay que sentir la necesidad de creer.
Me tomé cuarenta y cinco mil litros de tequila y aún puedo donar mi hígado.
Lo que quieras de mi te lo doy. Pero, no te devuelvo tus besos.
Hay que cuidar al mundo, proteger el amor, la paz, la justicia.
Lo supe siempre. No hay nadie que aguante la libertad ajena; a nadie le gusta vivir con una persona libre. Si eres libre, ése es el precio que tienes que pagar: la soledad.
Todo lo he hecho a sabiendas y no me arrepiento de nada. Ni de lo bueno, ni de lo malo, ni de los momentos felices, ni de las tristezas... Al final, tengo el alma llena de paz y tranquilidad.
Al entrar al escenario siento miedo. Pero algo encuentro o algo me encuentra a mí. Antes de terminar la primera canción ya estoy en otro lado. Del lado de mi público.
Las mujeres con pasado y los hombres con futuro son las personas más interesantes.
Me quisiera emborrachar de sentimientos te quisiera yo borrar del pensamiento.
¡Dolor, ya me volviste a dar!
Nada me han enseñado los años siempre caigo en los mismos errores otra vez a brindar con extraños y a llorar por los mismos dolores.
Si los diplomáticos cantaran, no habría guerras.
Cuando yo canto los que me escuchan sienten. Y lloran porque se dan cuenta de que todavía son capaces de sentir. A pesar de los males del mundo.
Las distancias apartan las ciudades, las ciudades destruyen las costumbres.
México tiene un lugar para los extranjeros, tiene un canto extraño. Decir México es decir dulce, dulce México. La palabra México, No Argentina, no Brasil, no. Es México la palabra divina, la palabra mágica, la palabra sabia. Es su sonido y es el color que aparece en el cerebro cuando la decimos; es su aroma. México.
México está dormido, pero es un gigante. Un gigante dormido. No quiero ni pensar qué va a suceder cuando despierte cuando el gigante despierte se irá afuera la hipocresía, la farsa, todo aquello que hace de México un país pobre.
Amar como si no hubiera mañana.
Un día fui a caminar y me caí. Ya no me pude levantar. Es la vida cobrándote su sueldo. Es la vida que te cobra lo que te dio o lo que está por venir. La vida se te adelanta a ti. Es la vida que te dice voy a cobrarte esto. Bueno, no te lo dice pero ahí está la combinación de la vida y el alma.
El alma vale más que los millones. Así somos. Y me encanta ser así y así me voy a morir, ¡libre!
Cuando los mexicanos creían en sus dioses, era diferente. Los indígenas todavía son gente fuerte. A pesar de todo, su fuerza sigue sosteniendo al mundo.
Me importaba un soberano pito lo que dijeran... No les gustaba a los machos que me presentara a cantar en pantalones de hombre. Pero a mí no me importaba. A menos que se pasaran de listos. Entonces sí me salía lo Chavela Vargas.
En un restaurante, una hermosísima señora se acercó a mí y me susurró: ¿Chavela, cuándo nos acostamos? ¡Qué atrevida! Me encanta.
Yo no merezco nada más de lo que tengo. Por eso me llaman millonaria, porque tengo lo que deseo sin tener dinero, y eso es maravilloso.