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No se puede bloquear el camino de la investigación.
Charles Sanders Peirce
Ningún deseo puede crear su propia satisfacción, ningún juicio puede ser juzgado verdadero por sí mismo, ningún razonamiento puede concluir por sí mismo que está bien fundado.
Caballeros, esto es sin duda cierto, es absolutamente paradójico, no podemos comprenderlo y no sabemos lo que significa, pero lo hemos demostrado y, por lo tanto, sabemos que debe ser verdad.
Todo lo que la experiencia vale la pena que nos enseñe, nos lo enseña por sorpresa.
La identidad de un hombre consiste en la coherencia entre lo que es y lo que piensa.
El universo entero está perfundido con signos, si no se compone exclusivamente de signos.
Cada uno está plenamente convencido de la verdad, de lo contrario no haría ninguna pregunta.
Lo real es aquella cosa cuyos caracteres son independientes de lo que cualquiera pueda pensar que dicha cosa es.
Hay tres cosas que nunca podemos aspirar a lograr con el razonamiento: la certeza absoluta, la precisión absoluta, la universalidad absoluta.
Es el hombre de ciencia, ansioso de que cada una de sus opiniones se regenere, cada una de sus ideas se racionalice, por beber en la fuente de la realidad, y dedicar todas las energías de su vida al culto de la verdad, no como él la entiende, sino como todavía no la entiende, lo que propiamente debería llamarse un filósofo.
La conciencia de una idea general tiene una cierta unidad del yo en ella, que es idéntica cuando pasa de una mente a otra. Es, por tanto, bastante similar a una persona, y, de hecho, una persona es sólo un tipo particular de idea general.
La idea no pertenece al alma; es el alma la que pertenece a la idea.
Todas las evoluciones que conocemos parten de lo vago para llegar a lo definido.
Toda obra de ciencia lo suficientemente grande como para ser bien recordada por algunas generaciones proporciona alguna ejemplificación del razonamiento de la época en que fue escrita, y cada paso importante en la ciencia ha sido una lección de lógica.
Consideremos qué efectos, que puedan tener concebiblemente repercusiones prácticas, concebimos que tenga el objeto de nuestra concepción. Entonces, nuestra concepción de esos efectos es la totalidad de nuestra concepción del objeto.
No permitáis que pretendamos dudar en filosofía lo que no dudamos en nuestros corazones.