Imágenes
No hay gobierno mós razonable y asegurado que el de la aristocracia. Monarquía o república basadas en la democracia son igualmente absurdas y débiles.
Charles Baudelaire
Una gran sonrisa es un bello rostro de gigante.
Un hombre que no bebe más que agua tiene un secreto que ocultar a sus semejantes.
Cielo o infierno, ¿qué importa?
Espantoso juego del amor, en el cual es preciso que uno de ambos jugadores pierda el gobierno de sí mismo.
El libro que no se dirija a la mayoría (en número e inteligencia) es un libro tonto.
Lo que hay de embriagador en el mal gusto es el placer aristocrático de desagradar.
Que procedas del cielo o del infierno, qué importa, ¡Oh, Belleza! ¡monstruo enorme, horroroso, ingenuo! Si tu mirada, tu sonrisa, tu pie me abren la puerta De un infinito que amo y jamás he conocido.
Esa necesidad de olvidar su yo en la carne extraña, es lo que el hombre llama noblemente necesidad de amar.
La música excava el cielo.
Quien no sabe poblar su soledad, tampoco sabe estar solo entre multud atareada.
Despiadada dictadura la de la opinión en las sociedades democráticas.
¿Qué es el amor? El anhelo de salir de uno mismo.
El amor es la necesidad de salir de uno mismo.
¿En qué puede perjudicarle a una mujer su necedad?
El vino se parece al hombre: nunca se sabe hasta qué punto se le puede apreciar o despreciar, amar u odiar; ni cuantos actos sublimes o crímenes monstruosos es capaz de realizar. No seamos, entonces, más crueles con él que con nosotros mismos y tratémosle como a un igual.
Consentir que nos condecoren es reconocer al Estado o al príncipe el derecho de juzgarnos, ilustrarnos, etc.
La inspiración es el trabajo.
Las naciones son como ciertas familias; sólo a pesar suyo tienen grandes hombres.
Desconfiad de la luna y de las estrellas, de la Venus de Milo, de los lagos, de las guitarras, de las escaleras de cuerda y de todas las novelas y novelerías. ¡Pero amad vigorosamente, arrogantemente, ferozmente, a la mujer que améis!
El amor puro es un sol cuya intensidad absorbe todas las demás tareas.
La afición al placer nos liga al presente. El cuidado de nuestra salud nos suspende del porvenir.
Lo que es creado por el espíritu es más vivo que la materia.
Jamás es excusable ser malvado, pero hay cierto mérito en saber que uno lo es.
Dios creó al gato para que el hombre pudiera acariciar al león.
El más irreprochable de los vicios es hacer el mal por necedad.
No se puede olvidar el tiempo más que sirviéndose de él.
Dios es el único ser que para reinar no tuvo ni siquiera necesidad de existir.
No hay más que dos medios para librarse de la pesadilla del paso implacable del tiempo: el placer y el trabajo. El placer agota y el trabajo fortifica.
¿Qué le importa la condena eterna a quien ha encontrado por un segundo lo infinito del goce?
Las mujeres escriben, escriben con una rapidez desbordante; su corazón charla sin cesar. No conocen generalmente ni el arte, ni la medida, ni la lógica; su estilo se arrastra y ondea como sus vestidos.
Lo bello es siempre raro. Lo que no es ligeramente deforme presenta un aspecto inservible.
Se debe trabajar, si no por inclinación, por lo menos de desesperación, ya que, bien probado, el trabajo es menos aburrido que divertirse.
Ya que la imaginación ha creado el mundo, lo gobierna.
¿Pues qué es lo que amas, extraordinario extranjero?-¡Amo las nubes..., las nubes que pasan... allá lejos... las maravillosas nubes!
El genio no es más que la infancia recuperada a voluntad.
Esta vida es un hospital en el que cada enfermo está poseído por el deseo de cambiar de cama.
Solo son grandes entre los hombres el poeta, el sacerdote, el soldado. El hombre que canta, el hombre que sacrifica y que se sacrifica. E1 resto es digno del látigo. Desconfiemos del pueblo. del buen sentido, del corazón. de la inspiración y de la evidencia.
¡Ah qué grande es el mundo a la luz de las lámparas! ¡Y qué pequeño es a los ojos del recuerdo!
El veneno del poder que enerva al déspota.