Imágenes
El poeta escribe para expresarse, es decir, para afirmarse a sus ojos analizando sus propios sentimientos, sin ocuparse con exceso de las reacciones de los auditores eventuales.
Carlos Sahagún
He tratado de buscar el sentido de estas dos palabras, comunicación y compromiso, porque lo creo fundamental para el esclarecimiento de la situación.
Voy a ti en silencio como un rayo de luz.
Tu cuerpo inolvidable se precipitará hacia mi recuerdo.
No creo que al poeta, como tal, se le pueda exigir ninguna clase de compromiso, si no es el de su autenticidad.
Dame la mano, dime si he de morir, si voy a ser eterno, déjame repartirte como un pan por mis brazos.
Tú, tan flor, tan luz de primavera, dime, dime que no es mentira este milagro, la multiplicación de mi alegría, los panes y los peces de tu pecho.
Ser hombre significa desde ahora ser guerrillero de la libertad.
Pero hoy, que hemos crecido tanto, vamos, dame la mano y todo volverá.
Que mi reino no sea la soledad del héroe pensativo, sino tu fortaleza amurallada.
¡Alegría! Todo se olvida. Es el amor.
La vida trae a veces brisa ligera, palabras que sólo son palabras, íntimos coloquios de enamorados bajo los olivos.
Parecía que tus palabras me arrastraban, era todo tan nuestro de verdad, tan bello de verdad, tan sencillo.
Existen cosas inolvidables: esos ojos tuyos, aquella guerra triste, el tiempo en que vendrán los pájaros, los niños.
¡Fuego, la mañana hace fuego y nos golpea los corazones! Levantémoslos arriba, siempre arriba.
Pero ante todo piensa en esta patria, en estos hijos que serán un día nuestros: el niño labrador, el niño estudiante, los niños ciegos.
En poesía, lo esencial no es sólo lo que se dice, sino el cómo se dice. En la vida, lo esencial no es ni lo uno ni lo otro, sino nuestros actos.
Somos dos niños que a la vida echaron. Muchacha -niña-, empieza a caminar.
Muchas veces me pregunto qué hacíamos tú y yo antes de querernos.
Y yo, ciego y mortal, hacia tu carne, hacia las soledades de tu pecho pongo mi corazón y escucho.
No sé qué hacer, dónde buscar mis palabras más verdaderas, cómo decirte que llevo en la mirada reflejado tu pecho, y los brazos me caen, como en derribo, al verte aquí, a mi lado, morena, lejos siempre.
Tal vez naciste para ser motivo de estos versos y no sustancia mía, fuego de mis palabras, no madera de aquellos bosques donde tantas veces, hijos del alba, nos perdimos.