Imágenes
Bienaventurado aquel al que ladran los cretinos, porque su alma nunca les pertenecerá.
Carlos Ruiz Zafón
Es curioso cómo juzgamos a los demás y no nos damos cuenta de lo miserable de nuestro desdén hasta que nos faltan, hasta que nos los quitan. Nos los quitan porque nunca han sido nuestros.
La letra de la canción es lo que creemos entender, pero lo que nos hace creerla o no es la música.
Cuando muera todo lo que es mio será tuyo, menos mis sueños.
Todo se puede hacer. Es cuestión de atreverse a ello o no.
Donde mis compañeros veían muescas de tinta en páginas incomprensibles yo veía luz, calles y gentes. Las palabras y el misterio de su ciencia oculta me fascinaban y me parecían una llave con la que abrir un mundo infinito y a salvo de aquella casa, aquellas calles y aquellos días turbios en les que incluso yo podía intuir que me aguardaba escasa fortuna.
La vida es la hipoteca del alma: aunque uno salga con buenas intenciones, ir avanzando implica cometer traiciones, con los demás o con uno. Hay quien tiene la fortuna de no caer demasiado en ello y quien directamente es un hijo de puta, pero el dilema sobre si hacemos o no lo correcto lo tenemos todos.
Cuando hay clase, la velocidad es una minucia.
Quien quiere de verdad quiere en silencio, con hechos y nunca con palabras.
Los libros son espejos: sólo se ve en ellos lo que uno ya lleva dentro.
La inteligencia con la que naces es simplemente munición. Para llegar a hacer algo con ella es necesario que transformes tu mente en una arma de precisión.
¿Te gustan los misterios? Creo que si me hubiese preguntado si me gustaba el arsénico mi respuesta habría sido la misma.
Un viejo conocido me dio la bienvenida, el gato me miraba con su desdén habitual. Desee ser un dobermann.
Ignora que todos los cuentos son mentiras, aunque no todas las mentiras son cuentos.
Cuando oigo este discurso de todo el mundo es tan tonto y nosotros somos tan listos veo una mezcla tal de mediocridad, estupidez y narcisismo...
La mayoría de nosotros tenemos la dicha o la desgracia de ver cómo la vida se desmorona poco a poco, sin que nos demos cuenta.
A veces, las cosas más reales sólo suceden en la imaginación.
El tiempo no nos hace más sabios, sólo más cobardes.
No hablo con nadie, monologo. Prerrogativa del beodo.
Los libros tenían alma, el alma de quien los había escrito y de quienes los habían leído y soñado con ellos.
Y cuando sonríe incluso me parece que este cochino mundo tiene algo de futuro.
Nada sucede por casualidad, en el fondo las cosas tienen su plan secreto, aunque nosotros no lo entendamos.
La vida nos concede a cada uno de nosotros unos escasos momentos de pura felicidad. A veces son sólo días o semanas. A veces, años. Todo depende de nuestra fortuna. El recuerdo de esos momentos nos acompaña para siempre y se transforma en un país de la memoria al que tratamos de regresar durante el resto de nuestra vida sin conseguirlo.
Si me hubiera parado a pensarlo, hubiera comprendido que mi devoción por Clara no era más que una fuente de sufrimiento. Quizás por eso la adoraba más, por esa estupidez eterna de perseguir a los que nos hacen daño.
La juventud es una novia caprichosa. No sabemos entenderla ni valorarla hasta que se va con otro para no volver jamás...
El silencio hace que hasta los necios parezcan sabios durante un minuto.
Es la letra la que entra con sangre. No a la inversa.
No intentes cambiar el mundo, intenta que el mundo no te cambie a ti.
Y es que nada es tan difícil de creer como la verdad y, por el contrario, nada tan seductor como la fuerza de la mentira cuanto mayor es su peso.
La muerte tiene estas cosas: a todo el mundo le despierta la sensiblería. Frente a un ataúd, todos vemos solo lo bueno, o lo que queremos ver.
Para cuando la razón entiende lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas.
En un universo infinito, muchas cosas escapan a la razón humana.
Nada es justo. A lo máximo que se puede aspirar es a que sea lógico. La justicia es una rara enfermedad en un mundo por lo demás sano como un roble.
Hablar es de necios; callar es de cobardes; escuchar es de sabios.
Incluso las peores noticias son un alivio cuando no pasan de ser una confirmación de algo que uno ya sabía sin querer saberlo.
El azar o su pariente de gala, el destino... quizá debiera decir que el libro me había adoptado a mí
En el barriopobre donde yo vivía, todos los chicos de la calle lo conocían como Caín. Otros lo llamaban el Príncipe de la Niebla, porque, según las habladurías, siempre emergía de una densa niebla que cubría los callejones nocturnos y, antes del alba, desaparecía de nuevo en la tiniebla.
No confío en la gente que cree tener muchos amigos. Es señal de que no conocen a los demás.
El que no sabe adónde va no llega a ninguna parte.
El destino suele estar a la vuelta de la esquina. Como si fuese un chorizo, una furcia o un vendedor de lotería: sus tres encarnaciones más socorridas. Pero lo que no hace es visitas a domicilio. Hay que ir a por él.