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Al radicalismo ya no lo destruye nadie: es un temperamento, más que un partido político, para destruirlo, anularlo por completo y para siempre, no hay sino un medio, entregarle toda la República para que gobiernen: en el gobierno se hundirán; ninguno de sus programas sabrán cumplirlos; cometerán peores errores que los que criticaron.
Carlos Pellegrini
En la república el pueblo no vota; he ahí el mal, todo el mal... Donde el pueblo vota, la autoridad es indiscutida, y las rebeliones y conmociones son desconocidas. Reconozcamos que no habrá para nuestro país la posibilidad del progreso político, de paz pública, de engrandecimiento nacional, mientras no fundemos nuestro gobierno sobre el voto popular.