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La Presidencia es como la montaña rusa. Con la cara que uno pone cuando lo sueltan cuesta abajo, con esa cara se queda uno para siempre.
Carlos Fuentes
Los jorobados sólo se curan cuando se mueren y en la política hay legiones de corcovados incurables, ni cuando se mueren se enderezan.
Nunca te metas en un argumento con él. Es como discutir con una banda de mariachis.
Ser un gringo en México. Eso es mejor que suicidarse.
Bautizados por la utopía -la imaginación de América importa más que su descubrimiento-, hemos sido los huérfanos más abandonados de la Tragedia.
Para eso se hizo la Revolución, pues. Para que hubiera fraccionamientos en la ciudad de México.
Una revolución empieza a hacerse desde los campos de batalla, pero una vez que se corrompe, aunque siga ganando batallasmilitares, ya está perdida.
El guacamole de la partidocracia-confeti sólo puede comerse con una cuchara, la del Presidencialismo.
Es que no hay buena revolución que no sea traicionada, sólo las malas revoluciones no se traicionan a sí mismas.
En México no hay tragedia: todo se vuelve afrenta. Afrenta, esta sangre que me punza como filo de maguey. Afrenta, mi parálisis desenfrenada que todas las auroras tiñen de coágulos. Y mi eterno salto mortal hacia mañana. Juego, acción, fe, día a día, no sólo el día del premio o del castigo: veo mis poros oscuros y sé que me lo vedaron abajo, abajo, en el fondo del lecho del valle.
Pero hay idiotas -la mayoría- que mueren sin enterarse de que fueron pendejos.
México entendió que la crítica es un acto de amor, y el silencio una condena de muerte.
¿No es más real Don Quijote que la mayor parte de los seres de carne y hueso? ¿Fantasía? ¿Hay realidad que no haya sido primero, imaginada y deseada?
Destruimos al otro cuando somos incapaces de imaginarlo.
La gratitud y la ingratitud. La primera es rara monedapolítica. La segunda, morralla de todos los días.
Todos necesitamos testigos de nuestra vida para poder vivirla.
Este es un país con demasiadas insatisfacciones sepultadas en el tiempo, largos siglos de pobreza, de injusticia, de sueños soterrados.
Si éste fuera un mundo perfecto no escribiríamos novelas ni haríamos películas. Lo viviríamos, a través del amor de los demás.
La primera regla de una política tan barroca como la mexicana es la siguiente: ¿para qué hacer las cosas fáciles si se pueden hacer complicadas? De allí la segunda regla: ¿para qué hacer las cosas bien si se pueden hacer mal? Y la tercera, que es el corolario perfecto: ¿para qué ganar si podemos perder?
Todos somos presonas del montón, la diferencia es que unas se destacan mas que otras.
Nuestro pobre país ha sufrido de un desorden endémico. Ha sufrido hambre y desmoralización casi constantes. México: muchas heridas y poco tiempo para curarlas. Todos estos males se evitan si creamos un país de leyes y las practicamos.
Son mas importantes los abuelos, porque si ellos no hubieran existido, los papas tampoco.
La palidez de mi amigo no era insólita. Con los años, la piel de su rostro se unió al hueso y cuando movía las manos delgadas la luz las atravesaba sin pena.
Una pintura será apreciada por el movimiento que su imagen le permite a nuestra imaginación.
Sólo los ricos nos damos cuenta del abismo que nos separa de los pobres; los pobres nunca lo saben y mientras algún terrateniente renegado no se los diga.
Nuestro repetido drama latinoamericano de no saber cuándo tomar la pluma, cuándo tomar las armas, para qué, para quién.
El objetivo de este siglo no es crear desesperanza alegando que en este mundo siempre vamos a poseer maldad y que nunca vamos a poder vivir tranquilos y trabajando con felicidad como siempre soñamos. El objetivo es crear una conciencia a nivel mundial y en nuestros hijos de enseñarles a desarrollarles y a explotar en su mayor grado la inteligencia siempre muy apegada al lado positivo.
La Biblia debió añadir al Eclesiastés que no sólo hay tiempo de nacer y tiempo de morir, sino tiempo de ser rebelde y tiempo de ser conservador...
La memoria es el deseo satisfecho.
Las revoluciones las hacen los hombres de carne y hueso y no los santos, y todas acaban por crear una nueva casta privilegiada.
Desventurado país que a cada generación tiene que destruir a los antiguos poseedores y sustituirlos por nuevos amos, tan rapaces y ambiciosos como los anteriores.
Valéry dijo que las civilizaciones son mortales. No es cierto. Son los poderes los que mueren.
México debe alcanzar su originalidad viendo hacia adelante; no la encontrará atrás.
La noche es la mejor representación de la infinitud del universo. Nos hace creer que nada tiene principio y nada, fin.
Si el mundomoderno se despojó del pensamiento trágico para consagrar un optimismo beato (y barato) del progreso y la felicidad, en América evocar la tragedia es traicionar nuestra acta de fundación, que es la Utopía.
Todas las revoluciones fracasan, pero entre tanto producen unos momentos muy padres.
Del Quijote se puede recrear el mundo. Como si el mundo estuviese siempre a un paso de la catástrofe y sólo la palabra pudiese salvarlo, la imaginación sostenerlo y la acción proyectarlo.
Tienes que amar la lectura para poder ser un buen escritor, porque escribir no empieza contigo.
El pasado está escrito en la memoria y el futuro está presente en el deseo.
Primero hablas y luego escribes y aprendes a distinguir el ritmo del habla cotidiana, en el que circulan los cobres de la vida, y luego te instalas a buscar el oro de la literatura a fin de crear no la realidad, ni siquiera una reproducción de la realidad, que sería una realidad redundante, sino a crear una realidad paralela, que antes no existía.