Imágenes
Increíble el primer animal que soñó con otro animal. Monstruoso el primer vertebrado que logró incorporarse sobre dos pies y así esparció el terror entre las bestias normales que aún se arrastraban, con alegre y natural cercanía, por el fango creador.
Carlos Fuentes
Luego luego se ve quién es quién en esta miserable aldea.
Tenemos dos reglas de oro para la política mexicana. Una es benigna: la no-reelección. Otra es más severa: el exilio. Pero la razón es la misma: todo malhechor es reincidente.
En las sierras brumosas del tarahumara recibí la educación de la muerte: todos descendemos de nuestros muertos, ellos son la condición de la continuidad de la vida, al morir no perdemos el futuro: perdemos el pasado.
Comencé a escribir para vivir y ahora escribo para no morir.
Poco importa que seamos sólidos o espectrales. Igual da. Venecia toda es un fantasma. No expide visas de entrada a favor de otros fantasmas. Nadie los reconocería por tales aquí. Y así, dejarían de serlo. Ningún fantasma se expone a tanto.
La muerte espera al más valiente, al más rico, al más bello. Pero los iguala al más cobarde, al más pobre, al más feo, no en el simple hecho de morir, ni siquiera en la conciencia de la muerte, sino en la ignorancia de la muerte. Sabemos que un día vendrá, pero nunca sabemos lo que es.
Me moriré sin volverte a ver, pues espero que mueras antes de que sepas si me vas a extrañar.
Conoces todas las palabras-talismán. Democracia, patriotismo, régimen de derecho, separación de poderes, sociedad civil, renovación moral. Lo peligroso es que crees en ellas.
Ése es el secreto de la literatura. Si te quedas en lo puramente local, desaparece pronto, si te vas voluntariamente a lo universal no vas a lograr la base real que te da la sociedad. De manera que es una mezcla de las dos cosas: lo universal y lo local van juntos, uno no puede prescindir del otro y, si se prescinde, la obra fracasa.
¿La creación está inconclusa? Si. Y éste es el requisito por donde, inevitablemente, Dios se me cuela al mundo. Si Dios nos hizo a su imagen y semejanza, ¿Dios contiene el mal humano? Yo contesto, si. Somos reflejo también de la parte mala o inconclusa de Dios. Obramos para completar a Dios.
Terminado, el libro empieza.
Pensarás que has hecho tantas cosas cobardes que el valor te resulta fácil.
Yo quiero ser un hombre de tranquilidad, no de paz ingenua, no de armas a la fuerza, no de palabras de la ira, no, quiero ser un hombre de traquilidad.
Hay que llegar a saber que los hijos, vivos o muertos, felices o desdichados, activos o pasivos, tienen lo que el padre no tiene. Son más que el padre y más que ellos mismos. Nuestros hijos son los fantasmas de nuestra descendencia. El hijo es el padre del hombre.
Soy hombre, pero un hombre por el mundo y para el mundo.
Si del amor hacemos la meta más cierta y el más cierto placer de nuestras vidas, ello se debe a que, por serlo para serlo, debe soñarse ilimitado sólo porque es, fatalmente, limitado.
No hay globalidad que sirva, sin localidad que valga.
Yo no quiero ser ese tipo de personas que se la pasan pensando en el qué dirán.
Amar en abstracto a la indianidad, despreciarla en concreto: ésta es la cruz del racismo criollo y mestizo mexicano.
Un artista sabe que no hay belleza sin forma pero también que la forma de la belleza depende del ideal de una cultura. El artista trasciende, parcial y momentáneamente, el dilema, añadiendo un factor: no hay belleza sin mirada. Es natural que un artista privilegie a la mirada. Pero un gran artista no invita no sólo a mirar sino a imaginar.
Nuestras gentes son como las lagartijas, van tomando el color de la tierra, se meten a las chozas de donde salieron, vuelven a vestirse de peones y vuelven a esperar la hora de seguir peleando, aunque sea dentro de cien años.
A los amigos, justicia y gracia. A los enemigos, la ley.
Él tiene derecho a no leerme a lo que no tiene derecho es a querer ser presidente a partir de la ignorancia, esto es lo grave, no que no haya leído un libro mío, sino que demuestra su ignorancia.
Qué injusta, qué maldita, qué cabrona la muerte que no nos mata a nosotros sino a los que amamos.
La gente más cruel es la más insegura. Son crueles porque tienen miedo de no ser.
Si por afuera pretendía parecerse a Humphrey Bogart, por dentro se sentía, ridiculamente, idéntico a Woody Allen.
Sólo dañamos a los demás cuando somos incapaces de imaginarlos.
El Congreso tiene tresmisiones. Una, pasar leyes. Otra, impedir que pasen. Pero la más importante consiste en asegurar que los asuntos se alarguen indefinidamente, que nada se resuelva por completo, que la agenda esté llena de pendientes...
Lejos de revueltas, hay admiración. Nada es más admirado en México que el gran chingón.
Pero cuando palabra, imaginación y mentira se confunden, su producto es la verdad.
Debes ver la cara de la muerte para empezar a escribir seriamente.
Necesito, luego imagino.
La única manera de ser nacional consiste en ser generosamente universal, pues nunca la parte se entendió sin el todo.
Los celos matan el amor pero no el deseo. Este es el verdadero castigo de la pasión traicionada. Odias a la mujer que rompió el pacto de amor, pero sigues deseando porque su traición fue la prueba de su propia pasión.
Lo que tiene éxito no siempre es lo valioso, sino todo lo contrario. Y en consecuencia, lo que tiene éxito no es lo bueno, ni lo que fracasa lo malo.
Son más los estudiantes que, por solidarios que sean hoy con sus compañeros, más fieles serán mañana a sus propias carreras y a la necesidad de entrar con buena preparación al mercado de trabajo.
Pero ahora se sintió liberado del peso de la ciudad de México cada vez más fea, estrangulada en su gigantismo mussoliniano, encerrada en sus opciones inhumanas: el mármol o el polvo, el encierro aséptico o la intemperie gangrenosa.
Siempre hay que pensar, que los hombres son tan grandes como sus sueños.
¿Sabes los que cuesta iniciar un amor, decir otra vez las mismas palabras y creer que los mismos actos son nuevos?