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Aunque pensamos que la guía fundamental deben ser los principios del socialismo científico, estamos dispuestos a marchar juntos con personas de las más diversas creencias interesadas en el derrocamiento de la tiranía y en la liberación de nuestro país.
Carlos Fonseca
Nos damos cuenta que cuanto mayores son esas dificultades, mayor es nuestra obligación de enfrentarlas y multiplicar nuestros esfuerzos y damos los pasos preparatorios de una acción guerrillera.
Las primeras nociones de conciencia revolucionaria las tuve a finales de la enseñanza media... Me influyó la experiencia de Guatemala que tuvo un gobierno popular efímero por aquellos años.
El comandante militar de un departamento es el amo del departamento; las autoridades civiles son una cosa decorativa en Nicaragua.
El Frente Sandinista es un movimiento de masas, que ha entrado en el campesinado, no sólo donde ha operado la guerrilla sino por los diversos rumbos del país.
Durante larguísimos años, en medio del terror, el oscurantismo, el dominio de los partidos reaccionarios, el conservadurismo de la intelectualidad nicaragüense, el nombre de Sandino era un murmullo.
El ejemplo del pueblo, la juventud y los guerrilleros cubanos ejerce un papel determinante en el inicio de la maduración del proceso político en Nicaragua.
La lucha será larga y difícil; será sangrienta.
Quiero ser honesto, no quiero ponerme las barbas de profeta.
Empecé a entender que la lucha en mi país no es sólo para derrotar a una camarilla, es para derrocar un sistema.
En Nicaragua no hay que pensar mucho para convencerse que el camino armado es el único viable.
Los apellidos que llevan los nicaragüenses son los de los conquistadores españoles.
¿Qué esperanza en un cambio pacífico podía tener un movimiento revolucionario?
No solamente estamos contra los cuarenta años de tiranía libero-conservador somocista, nuestra aspiración es más profunda: estamos contra cuatro siglos y medio de agresiones extranjeras.
La inconformidad con lo existente lleva al individuo de extracción popular a rebelarse.
El Frente Sandinista, a la cabeza de las masas populares de Nicaragua, se sacrifica no para alcanzar una mezquina migaja para el pueblo, sino para lograr una radical transformación social y nacional.
Por una serie de circunstancias el militante revolucionario nicaragüense necesita vivir en alguna medida la lucha armada para poder entregar su energía a la actividad revolucionaria.
No se trata solamente de darle un fusil al campesino, se trata también de encontrarle el trabajo que va a hacer, el lugar en que va a operar.
Nosotros, al trazarnos seguir la lucha revolucionaria, nos guiamos por los principios más avanzados, por la ideología marxista, por el comandante Ernesto Che Guevara, por Augusto César Sandino.
El socialismo es la única perspectiva que tienen los pueblos para lograr un cambio profundo en sus condiciones de vida.
El marxismo puede decirse, entra y prende en un amplio sector del pueblo y de la juventud nicaragüense con el triunfo de la revolución cubana.