Imágenes
La caricatura, el humor, tienen la particularidad que no necesitan una decodificación: son un lenguaje popular, fácilmente entendible.
Caloi
¡Acá dicen que los argentinos descienden de los barcos! Es un crisol de razas donde encontrás a los italianos, los españoles, franceses, polacos, la América indígena... Es una mezcla muy importante que tiene en el Tango su expresión más acabada.
Una de las obsesiones de los dibujantes era lograr la síntesis. Tener un mono que sea dos puntos y una nariz y que el lector diga, esta es una persona.
La responsabilidad del humorista es hacer reír.
Las crisis obligan un poco a lo que es una de las partes más sensibles de la sociedad, los que son los artistas justamente, a pensar y a pensarse, a pensar su país, a pensar su papel y su rol en todo esto, las transformaciones del mundo y todas estas cosas.
Creo que se puede hacer a través de la risa una reflexión profunda. Es el poder de síntesis que a mí me apasiona del humor gráfico, el poder de resolución que tiene, de plantear una solución, y además que sea simpática.
Yo trabajo incluso los domingos, porque siempre estoy al día con los dibujos. Está incorporado en mí como una gimnasia. Sí necesito descansar, pero cuando no trabajo, extraño. Yo siempre digo que trabajo en mis ratos libres.
Un poco la idea del Clemente, era que tenía valores, para hacerlo reconocible al personaje a través del tiempo: los valores con los que yo me críe, los valores de mi infancia, y los valores populares argentinos además. Podía sintetizarlos, los de Clemente, y esto no ha cambiado también... son la Política, el Futbol, y el Tango.
No hay un humorista gráfico que se aprecie como tal, tiene que tener por lo menos tres o cuatro chistes de naufrago, sino, no es un humorista. ¿Por qué? Porque es una situación límite, una situación que ya implica una tensión que te obliga a desarrollar algo.
Los dibujantes le rajan a los personajes fijos porque te esclavizas. Es más lindo no tener esa limitación. Pero los personajes se imponen, son tiranos, aparecen todos los días. Pero también permanecen más en el recuerdo.
Dibujaba como hablaba. Y en cualquier parte. Porque el dibujo también era un juego. Así que dibujaba en la calle, en las paredes, dibujaba con la tiza de las demoliciones, con los ladrillos, con carbón.