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El hombre que tiene miedo, busca refugio en los montes, en los bosques sagrados o en los templos. Sin embargo tales refugios no sirven, pues allí donde vaya, sus pasiones y sus sufrimientos lo acompañarán.
Buda Gautama
Así como la lluvia penetra en una casa mal techada, la avidez penetra en una mente no desarrollada.
Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos.
Es deseable tener amigos cuando surge una necesidad; feliz aquel que está contento con cualquier cosa que haya; el mérito obtenido es agradable (consolador) cuando el fin de la vida se avecina; feliz es el abandono de todos los sufrimientos.
Tu trabajo consiste en descubrir cuál es tu trabajo y, entonces, entregarte a él de corazón.
El secreto de la salud para la mente y el cuerpo no es lamentarse por el pasado, ni preocuparse acerca del futuro, sino vivir el momento presente sabia y provechosamente.
Es la propia mente del hombre, no su enemigo o adversario lo que le atrae a los malos caminos.
Feliz es la virtud milenaria.
La salud es la más alta posesión...
No te detengas en el pasado, no sueñes con el futuro, concentra la mente en el presente.
Estamos en este mundo para convivir en armonía. Quienes lo saben no luchan entre sí.
Por pequeño que sea un deseo, te mantiene atado, como el ternero a la vaca.
Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente. Si uno habla o actúa con un pensamiento impuro, entonces el sufrimiento le sigue de la misma manera que la rueda sigue la pezuña del buey.
¡Despertaos! Nunca seáis negligentes. Seguid la ley de la virtud. El que practica la virtud vive felizmente en este mundo y en el próximo.
La paz viene de dentro, no la busques fuera.
Si algo tiene que hacerse ve a por ello enérgicamente.
El odio no se acaba por el hecho de odiar en alguna ocasión. Se acaba por medio del amor. Esta es una ley inalterable.
Todas las cosas aparecen y desaparecen por la concurrencia de causas y condiciones. Nada existe completamente solo; todo está en relación con todo lo demás.
Nunca he conocido a nadie tan ignorante del que no pudiera aprender algo.
Del deseo surge el dolor; del deseo surge el miedo. Para aquel que está libre de deseo ni hay dolor ni mucho menos miedo.
Si hay solamente espacio, sin soles o planetas en él, entonces el espacio pierde su esencia.
La verdad trae paz a la mente anhelante; conquista el error; apaga las llamas de los deseos.
Tu deber es descubrir tu mundo y después entrégate con todo tu corazón.
Disfruta vigilando, cuida tu propia mente, sácate a ti mismo del camino de la miseria, como se hace con el elefante que se ha metido en el barro.
El insensato que reconoce su insensatez es un sabio. Pero un insensato que se cree sabio es, en verdad, un insensato.
Hay tres cosa que no pasan mucho tiempo ocultas: El sol, la luna y la verdad.
Pocos son entre los hombres los que llegan a la otra orilla; la mayor parte corre de arriba a abajo en estas playas.
Mientras un mal acto cometido no da su fruto, durante ese tiempo el necio lo cree tan dulce como la miel, pero cuando el mal acto madura, el necio se enfrenta al dolor.
Hay dos cosas, oh discípulo, que conviene evitar: Una vida de placeres; eso es bajo y vano. Una vida de mortificaciones; eso es inútil y vano.
Todos los conceptos tales como causalidad, secuencia, átomos y elementos primarios, son todos creaciones de la imaginación y manifestaciones de la mente.
Como la lluvia penetra en una casa con mal tejado, así el deseo penetra en el corazón mal entrenado.
Cuida el exterior tanto como el interior; porque todo es uno.
¿Eres un ángel? No - respondió -¿Acaso un santo? No - respondió -¿Entonces qué eres? Respondió el Buda - Estoy despierto -
Por encima de todo está la bondad afectuosa. Así como la luz de la luna ilumina sesenta veces más que la de las estrellas, la bondad afectuosa libera al corazón de una forma sesenta veces más efectiva que todos los demás logros religiosos juntos.
El odio nunca es vencido por el odio, sino por el amor.
Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas.
No busques la amistad, de quienes tienen el alma impura; no busques la compañía de hombres de alma perversa. Asóciate con quienes tienen el alma hermosa y buena.
La vigilancia y la lucidez son los senderos de la inmortalidad. Los que vigilan no mueren. La negligencia es el sendero de la muerte. Los negligentes son como si ya estuvieran muertos.
En verdad que vivimos felices si no odiamos a aquellos que nos odian, si entre hombres que nos odian habitamos libres de rencor.
Somos lo que pensamos. Todo el mundo surge de nuestros pensamientos. Con nuestros pensamientos hacemos el mundo.