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Apresuraos en hacer el bien; refrenad vuestra mente hacia el mal, ya que quien quiera que es lento en hacer el bien, se recrea en el mal.
Buda Gautama
Lo que somos hoy se funda en nuestros pensamientos de ayer, y nuestros pensamientos de hoy construyen la existencia de mañana. La vida es una creación de la mente.
¿Para qué hacer cosas de las que luego tendrás que arrepentirte? No es necesario vivir con tantas lágrimas. Haz sólo lo que esté bien, aquello de lo que no tengas que arrepentirte, aquello cuyos dulces frutos recogerás con alegría.
La falsa imaginación te enseña que cosas tales como la luz y la sombra, el largo y el alto, lo blanco y lo negro son diferentes y tienen que ser discriminadas; pero ellas no son independientes una de la otra; ellas son aspectos diferentes de la misma cosa, ellos son conceptos de relación, no la realidad.
Uno mismo hace el mal, uno mismo lo sufre; uno mismo se aparta del mal, uno mismo se purifica. Pureza e impureza son cosas de uno mismo, nadie puede purificar a otro.
La paz es el resultado de muchas actitudes, todas estas fundamentadas precisamente en la caridad, no entendida como limosna, sino como amor.
Del mismo modo que se custodia un pueblo fronterizo, guárdate a ti mismo, por dentro y por fuera. No dejes de vigilar ni un momento, si no quieres que la oscuridad te venza.
No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo.
No trates de cambiar tu deber por el de otro, ni descuides tu trabajo por hacer el de otro. No importa lo noble que éste pueda ser. Estás aquí para descubrir tu propio camino y entregarte a él en cuerpo y alma.
La victoria engendra enemistad. Los vencidos viven en la infelicidad.
Lo que piensas, es en lo que te conviertes, la mente lo es todo.
Ni siquiera un Dios puede cambiar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo.
La lengua es como un cuchillo afilado, mata sin extraer sangre.
Para vivir una vida desprendida, no debemos considerar nada como de nuestra propiedad.
Más grande que la conquista en batalla de mil veces mil hombres es la conquista de uno mismo.
Nadie puede corromper ni purificar a otro, somos nosotros mismos responsables de nuestra propia purificación.
El resentimiento no se calma con el resentimiento, solo con amor paciente deja de existir, ésta es una verdad constante.
El hombre que hace el mal sufre en este mundo y sufre en el otro. Sufre y se lamenta al ver todo el daño que ha hecho. Sin embargo, el hombre que hace el bien es feliz en este mundo y también lo es en el otro. En ambos mundos se regocija, viendo todo el bien que ha hecho.
No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita.
Ni tus peores enemigos te pueden hacer tanto daño como tus propios pensamientos.
La mente Universal es como un gran océano, con su superficie ondulada y alterada por las olas pero en su profundidad permanece inamovible.
Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora.
La máxima victoria es la que se gana sobre uno mismo.
La verdad en si misma solo puede ser alcanzada dentro de uno mediante la más profunda meditación y conciencia.
No el que vence a miles de enemigos en la batalla, si no el que se vence a sí mismo, es el máximo vencedor.
El que hace acequias controla el agua, el que fabrica flechas las hace derechas, el carpintero domina la madera y el sabio domina su mente.
Tu peor enemigo no te puede dañar tanto como tus propios pensamientos. Ni tu padre, ni tu madre, ni tu amigo más querido, te pueden ayudar tanto como tu propia mente disciplinada.
El odio no disminuye con el odio. El odio disminuye con el amor.
Los buenos pensamientos producirán buenos actos.
El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.
Todos los caminos de bondad conducen a la iluminación y al despertar.
... Una mente controlada conduce a la felicidad.
El mundo está lleno de sufrimiento. La raíz del sufrimiento es el apego a las cosas. La felicidad consiste precisamente en dejar caer el apego a todo cuanto nos rodea.
Sabios son aquellos que dominan el cuerpo, la palabra y la mente. Ellos son los verdaderos Maestros.
Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo.
Si cada día coges un puñado de arena, formarás una montaña.
Sé puro, sé noble; surge.
El perfume de las flores no va contra el viento. Ni el del sándalo ni el de la rosa o el jazmín. Sin embargo, el perfume del hombre virtuoso se extiende por todas partes y en todas direcciones.
No hay incendio como la pasión: no hay ningún mal como el odio.
Es mejor vivir solo; no hay amistad con un necio. Que uno viva solo, evitando todo mal, estando libre de preocupaciones, como un elefante paseándose solo por el bosque.