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El ajedrez demanda concentración total y amor por el juego.
Bobby Fischer
Psicológicamente, debes confiar en ti mismo, y esa confianza debe estar basada en los hechos.
No soy un genio del ajedrez, soy un genio que juega ajedrez.
Los rusos han amañado el ajedrez mundial.
Existen los jugadores duros y los buenos muchachos, yo soy un jugador duro.
El ajedrez es mejor que el sexo.
Me preparo bien. Sé lo que puedo hacer antes de jugar. Estoy siempre seguro.
El ajedrez es ciertamente un arte, pero yo no pensaba en ello. Sólo el juego preciso y fuerte puede ser bonito... La precisión, en primer lugar. En última instancia, todo se decide por la clase. Luego podemos aspirar a una partida preciosa. Pero para jugar con elegancia y precisión hay que saber mucho y ser capaz de utilizarlo.
El ajedrez es una guerra sobre un tablero. El objetivo es aplastar la mente del adversario.
Una poderosa memoria, concentración, imaginación y una fuerte voluntad.
Se trata simplemente de ti y tu oponente en el tablero, y estás tratando de probar algo.
No soy una persona tan blanda y generosa como sería si el mundo no me hubiera cambiado.
No tengo amigos cercanos y no guardo ningún secreto. No necesito amigos. Sólo le digo todo lo que pienso a todo el mundo.
En el ajedrez tienes que tener espíritu de lucha. Tienes que forzar jugadas y asumir riesgos.
Todas las mujeres son débiles. Son estúpidas comparadas con los hombres. Nunca deberían jugar ajedrez.
El cuerpo debe estar en perfectas condiciones. Si se deteriora el cuerpo, se deteriora el ajedrez. No se puede separar el cuerpo y la mente.
Tienes que tener espíritu de lucha, forzar los movimientos y aprovechar las oportunidades.
La gente ha estado jugando contra mí por debajo de su nivel durante 15 años.
El ajedrez es asunto de juicio delicado, saber cuándo golpear y cómo esquivar.
Si gano un torneo, lo hago por mí mismo. Yo juego. Nadie me ayuda.
Cuando tenía 11 años, simplemente me volví bueno.
Me opongo a que digan que soy un genio del ajedrez. Me considero un genio en general que, casualmente, juega al ajedrez. Es muy distinto. Miren a Kasparov: él es un genio del ajedrez. Fuera del tablero, en cambio, es un idiota.
Doy status a cualquier torneo al que asisto.
Soy un individuo detestable. Mis ideales son el ajedrez y el dinero. Quiero ser riquísimo. Todos quieren serlo, pero ninguno lo dice. ¿Es pecado?
Desprecio a los medios.
Yo doy el 98 por ciento de mi energía mental al ajedrez. Otros dan apenas el 2 por ciento.
Es como hacer un examen final de cinco horas.
No creo en la psicología, creo en las buenas jugadas.
Conozco a gente que tiene toda la fuerza de voluntad del mundo y aún así no es capaz de jugar bien al ajedrez.
Creo que está casi claro que el juego son unas tablas teóricas.
El punto de inflexión en mi carrera llegó al darme cuenta de que las negras deberían jugar a ganar, en lugar de sólo buscar igualar.
Odio a la prensa. ¿Va contra la ley asesinar a un periodista?
Puedo dar un caballo de ventaja a cualquier mujer del mundo y aún así ganarla.
Me encanta la oscuridad de la noche. Me ayuda a concentrarme.
Sólo se puede llegar a ser bueno en ajedrez si se ama el juego.
Ni siquiera me mencione la palabra perder. No soporto pensar en ello.
Se debe tener confianza en uno mismo y esa confianza debe estar basada en la realidad.
Me gusta hacerlos retorcerse.
Me gusta el momento en que rompo el ego de un hombre.
No hay nadie vivo a quien yo no pueda vencer al ajedrez.