Imágenes
Más fácil es aguantar la muerte sin pensar en ella, que el sufrimiento de morir con ella.
Blaise Pascal
El silencio eterno de estos espacios infinitos me horroriza.
La grandeza de un hombre consiste en saber reconocer su propia pequeñez.
Todos los hombres, durante el curso de tantos siglos, pueden considerarse como un solo hombre que subsiste y que siempre está aprendiendo.
El hombre está dispuesto siempre a negar todo aquello que no comprende.
Quien dice agudezas, tiene mal carácter.
Cuanto más talento tiene el hombre, más se inclina a creer en el ajeno.
La Fe dice lo que no dicen los sentidos, pero no lo contrario de lo que ven. Está por encima de ellos pero no contra ellos.
He hecho esta carta más larga de lo usual porque no tengo tiempo para hacer una más corta.
¿Por qué la costumbre no es natural? Mucho me temo que la naturaleza no es más que una primera costumbre, como la costumbre es una segunda naturaleza.
Miseria del hombre sin Dios implica felicidad del hombre con Dios.
No habiéndose podido lograr que lo justo fuese fuerte, base hecho que lo fuerte sea lo justo.
La razón está siempre presente para acusar la liviandad y la injusticia de las pasiones y para turbar el reposo de quienes a ellas se entregan; pero las pasiones, a su vez, están siempre vivas aun en el hombre que ha renunciado a ellas.
Cuanto más hablo con los hombres, más admiro a mi perro.
Muy débil es la razón si no llega a comprender que hay muchas cosas que la sobrepasan.
Nuestro instinto nos hace sentir que debemos buscar la felicidad fuera de nosotros.
No hay hombre tan cobarde a quien el amor no haga valiente y transforme en hombre.
Cuando no se ama demasiado no se ama lo suficiente.
Vale más saber alguna cosa de todo, que saberlo todo de una sola cosa.
El último paso de la razón es reconocer que existe una infinidad de cosas que le son inaccesibles.
El placer de los ricos consiste en poder hacer felices a otros.
La felicidad total del hombre consiste en disfrutar de la estimación de los demás.
El reposo no es el destino del hombre, y la seguridad es sólo una ilusión.
He llegado a descubrir que todas sus desgracias les vienen a los hombres de sola una cosa: de no saber estarse tranquilos en su habitación.
La elocuencia es la pintura del pensamiento.
La multitud que no puede reducirse a unidad, no es otra cosa que confuso caos; la unidad que no guarda dependencia alguna de la multitud, no es más que tiranía.
Lo último que se sabe cuando se realiza un trabajo es por dónde empezar.
La filosofía consiste en reírse de la filosofía.
Todas las buenas máximas están en el mundo; sólo hace falta aplicarlas.
El pasado y el presente solamente son medios para nosotros: el futuro es siempre nuestro fin. Por eso nunca vivimos realmente, sino que esperamos vivir. Alucinando siempre por esta esperanza de ser felicies algún día, es inevitable que no lo seamos nunca.
Los hombres no aman naturalmente sino aquello que puede serles útil.
No hay más que dos especies de hombres: una, la de los justos que se creen pecadores, y otra la de los pecadores que se creen justos.
La justicia sobre la fuerza, es la impotencia, la fuerza sin justicia es tiranía.
La fantasía es parecida y contraria al sentimiento.
La verdad es útil a quien la escucha, pero desventajosa a quien la dice, porque lo hace odioso.
El egoísta odia la soledad.
Nos consolamos con pequeñeces porque son menudencias las que nos aflijen.
Los extremos se tocan.
Es triste ver como los hombres se ocupan sólo de los medios y no del fin.
Pocas amistades quedarían en este mundo si uno supiera lo que su amigo dice de él en ausencia suya, aún cuando sus palabras fueran sinceras y desapasionadas.