Imágenes
Si la nariz de Cleopatra hubiese sido algunas líneas más corta, toda la faz de la tierra sin duda hubiera cambiado.
Blaise Pascal
Nuestro espíritu busca, pero el corazón es el que encuentra.
Imaginemos un grupo de hombres encadenados, todos ellos, condenados a muerte, algunos de los cuales son decapitados cada día en presencia de los demás, quienes aguardan, perdida toda esperanza, que les llegue su turno: tal es la imagen de la condición humana.
La mayoría de los males les vienen a los hombres por no quedarse tranquilos en casa.
El amor no tiene edad; siempre está naciendo.
Ponderemos los riesgos de quien toma el partido de creer en la existencia de Dios. Si gana, lo gana todo. Si pierde, no pierde nada.
La razón obra con lentitud, y con tantas miras, sobre tantos principios, que a cada momento se adormece o extravía. La pasión obra en un instante.
La imaginación dispone de todo: hace la belleza, la justicia y la felicidad, es decir, la totalidad del mundo.
¿Qué es el hombre dentro de la naturaleza? Nada con respecto al infinito. Todo con respecto a la nada. Un intermedio entre la nada y el todo.
El hombre, para sí mismo, es el objeto más prodigioso de la naturaleza.
El tiempo cura las penas y las injurias porque todos cambiamos y dejamos de ser la misma persona; ni el ofensor ni el ofendido son el mismo.
Dicen que el hábito es una segunda naturaleza. Quien sabe, empero, si la naturaleza no es primero un hábito.
Para que las pasiones no nos torturen, obremos como si sólo contásemos con ocho días de vida.
Sólo conozco dos tipos de personas razonables: las que aman a Dios de todo corazón porque le conocen, y las que le buscan de todo corazón porque no le conocen.
Para medir la virtud de cualquier hombre, no hay que mirarlo en las grandes ocasiones, sino en la vida diaria.
Nadie habla en nuestra presencia del mismo modo que en nuestra ausencia. La sociedad humana está fundada en este mutuo engaño.
A medida que uno posee más agudeza de espíritu, halla más hombres originales.
No debo buscar mi dignidad en el espacio, sino en el gobierno de mi pensamiento. No tendré más aunque posea mundos. Si fuera por el espacio, el universo me rodearía y se me tragaría como un átomo; pero por el pensamiento yo abrazo al mundo.
Pintar el amor ciego es una sinrazón de los poetas; es preciso quitarle la venda y devolverle para siempre la alegría de sus ojos.
Nos gusta más la caza que la presa.
Se vive solo, se muere solo; los demás nada pueden.
No conocemos a Dios sino por Jesucristo. De ahí que yo rehúse todas las demás religiones... Todo hombre puede hacer lo que ha hecho Mahoma; porque no ha hecho milagros; no ha sido predicho. Nadie puede hacer lo que ha hecho Jesucristo.
Por muchas riquezas que un hombre posea y por grandes que sean la salud y las comodidades de las que disfrute, no se siente satisfecho si no cuenta con la estimación de los demás.
La inmortalidad del alma es una cosa que nos importa tanto, y nos atañe tan profundamente, que es preciso haber perdido toda clase de sentimientos para permanecer indiferentes a este problema.
No hay sino dos clases de gentes a quienes se puede juzgar razonables: aquellos que sirven con todo su corazón a Dios, porque le conocen, y aquellos que le buscan con todo su corazón, porque no le conocen.
Una de las principales enfermedades del hombre es su inquieta curiosidad por conocer lo que no puede llegar a saber.
El ajedrez es el gimnasio de la mente.
A la verdad se llega no sólo por la razón, sino también por el corazón.
El arte de revolucionar y modificar los estados consiste en socavar las costumbres establecidas retrocediendo hasta sus orígenes para poner de manifiesto su falta de justicia.
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma? Quien quiera conservar su alma, la perderá.
La curiosidad no es más que vanidad. En la mayoría de los casos, sólo queremos saber algo para hablar de ello.
No es cierto que todo sea incierto.
Toda religión que no afirme que Dios está oculto, no es verdadera.
Hay personas que mienten simplemente por el gusto de mentir.
Para quienes no ansían sino ver, hay luz bastante; más para quienes tienen opuesta disposición, siempre hay bastante oscuridad.
Si soñáramos todas las noches una misma cosa, ésta nos impresionaría probablemente tanto como aquellos objetos que vemos a diario.
Es menester conocerse a sí mismo si esto no basta para hacernos hallar la verdad, por lo menos sirve para que arreglemos nuestra vida; y nada hay más justo que esto.
Si no actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas.
En las religiones es preciso ser sinceros; verdaderos paganos, verdaderos judíos, verdaderos cristianos.
He dicho muchas veces que toda la desgracia de los hombres proviene de no saberse estar quietos en su casa.