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Para ser Oficial de Ejército no se exigen más pruebas de nobleza que las verdaderas que forman el mérito, la virtud y el patriotismo.
Bernardo O'Higgins
¡Vivir con honor, o morir con gloria!, ¡El que sea valiente que me siga!
Por la razón o la fuerza.
Monte a caballo el que pueda. ¡Nos abriremos paso a través del enemigo!
Después de tantas batallas, de tan felices y gloriosos esfuerzos, antes que deje el sol de alumbrarnos para siempre, que consentir que se establezca en América un centro, una corona.
No me atemorizan ni los gritos sediciosos, ni las amenazas. Desprecio hoy la muerte como la he despreciado en los campos de batalla. No puedo ni debo seguir esta discución iniciada en la forma que ha tomado. Si queréis discutir seriamente la situación del país, y buscar el remedio que conviene adoptar, designad a algunos individuos respetables con quienes pueda seguir tratando tan graves asuntos.
Creyendo que en las circunstancias actuales puede contribuir a que la patria adquiera su tranquilidad el que yo deje el mando supremo del Estado, y habiendo acordado sobre este punto lo conveniente con el pueblo de Santiago reunido, he venido en abdicar la dirección suprema de Chile.
Nuestros juramentos y el voto de la naturaleza indicado en la configuración y riqueza que los distingue; si nuestros sacrificios no han tenido un objetivo insignificante; si los creadores de la revolución se propusieron hacer libre y feliz a su suelo.
General: Chile no olvidará jamás el nombre del ilustre Inválido que el día de hoy se presentó herido en el campo de batalla.
¡Viva O'Higgins! ¡Nada tenemos que pedir contra O'Higgins!
¡Gloría al Salvador de Chile!
Mi misión americana ha concluido. Ahora soy sólo ciudadano.
Magallanes, Magallanes.
Mi presencia ha dejado de ser necesaria aquí
Este triunfo y cien más se harán insignificantes si no dominamos el mar.