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La dicha es un horizonte lejano, que retrocede a medida que nos acercamos a él.
Bernard Le Bovier de Fontenelle
Es un gran obstáculo para la felicidad esperar demasiado.
La vanidad es el amor propio al descubierto.
El que no lo pierde tiene mucho tiempo.
Los amores son vientos necesarios para poner a la gente en movimiento, aunque a veces desencadenan tormentas.
El testimonio de los que creen una cosa establecida, no tiene fuerza para apoyarla; pero el testimonio de los que no la creen tiene fuerza para destruirla. Pues los que creen pueden no estar instruidos de las razones para no creer, pero no es posible que los que no creen no estén instruidos de las razones para creer.
Esperar una felicidad demasiado grande es un obstáculo para la felicidad.
El único secreto que saben guardar las mujeres es el de los años que tienen.
Si tuviese mi mano cerrada llena de verdades, me guardaría muy bien de abrirla.
La astronomía fue hija del ocio.
Cuando las cosas no quieren conformarse con nosotros, nosotros debemos conformarnos con ellas.
Lo bueno necesita aportar pruebas; lo bello, no.
Es más fácil quedarse con un libro que con su contenido.
Las pasiones son como los vientos: son necesarios para poner en movimiento todas las cosas, aunque con frecuencia originan huracanes.
Es verdad que no se puede encontrar la piedra filosofal, pero está bien que se busque.
No os toméis la vida demasiado en serio; de todas maneras no saldréis vivos de ésta.
La fuerza de las mujeres está en su debilidad.
La modestia es el complemento de la sabiduría.
La mayor parte de las mujeres prefiere que se hable mal de su virtud antes que de su encanto y belleza.
La salud es la unidad que da valor a todos los ceros de la vida.
El orgullo es el complemento de la ignorancia.
El filósofo, es un hombre que no quiere creer lo que ve; porque está demasiado ocupado en meditar sobre lo que no ve.
El más grande secreto para la felicidad es estar bien consigo mismo.