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Lo que empieza con cólera termina con vergüenza.
Benjamin Franklin
Un padre es un tesoro, un hermano es un consuelo: un amigo es ambos.
Bien hecho es mejor que bien dicho.
Sé cortés con todos, sociable con muchos, familiar con pocos, amigo con uno y enemigo con ninguno.
No es perjudicial el pecado porque está prohibido; está prohibido porque es perjudicial. Ni es beneficioso el deber porque está ordenado, sino que está ordenado porque es beneficioso.
En la escuela de la experiencia, las lecciones cuestan caras, pero solamente en ellas se corrigen los insensatos.
Después de las derrotas y las cruces, los hombres se vuelven más sabios y más humildes.
El ruido de tu martillo a las cinco de la mañana, o a las nueve de la noche, si lo oye tu acreedor, le deja tranquilo para seis meses más.
Cada cosa tenga su lugar; cada negocio, su tiempo.
El orgullo que se alimenta con la vanidad acaba en el desprecio.
Nuestras necesidades nunca se igualan a nuestros deseos.
Es una escuela muy cara la de la experiencia. Sin embargo, los necios no aprenderán en ninguna otra.
Resuélvete a hacer lo que debes, y haz sin falta lo que hayas resuelto.
Imitemos en humildad a Cristo y a Sócrates.
La cólera no carece nunca de motivos, pero ésta rara vez es suficiente.
Donde se celebra matrimonio sin amor, habrá amor sin matrimonio.
Jamás hubo una guerra buena o una paz mala.
El hombre no nace del todo sino hasta que se muere.
¿Amas la vida? Entonces no malgastes el tiempo, porque ese es el material de que está hecha la vida.
Quien quiera ver prosperar sus negocios, consulte a su mujer.
El pecado no es perjudicial porque está prohibido, sino que está prohibido porque es perjudicial.
Cualquier sociedad que renuncie a un poco de libertad para ganar un poco de seguridad, no merecen ninguna de las dos cosas.
Un paisano entre dos abogados es como un pescado entre dos gatos.
El que se enorgullece de sus conocimientos es como si estuviera ciego en plena luz.
Nada proporciona tanto placer a un autor como el encontrar sus propios trabajos respetuosamente citados por otros doctos autores.
La felicidad humana se forma no tanto con acontecimientos extraordinarios de buena suerte, que raras veces ocurren, como con pequeñas adquisiciones que pueden lograrse todos los días.
Los hombres conocen antes la necesidad de curar sus enfermedades que sus errores.
Los gastos que hagas que sean únicamente para el bien ajeno o para el vuestro: es decir, no disipéis nada.
Invertir en conocimientos produce siempre los mejores beneficios.
Mil leguas de separación hacen casi el mismo efecto que mil años de distancia.
Al elegir un amigo ve despacio y más despacio todavía al cambiar de amigos.
El que está enamorado de sí mismo no tendrá rivales.
La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.
La vanidad es un mendigo que pide con tanta instancia como la necesidad, pero mucho más insaciable.
Presta dinero a tu enemigo y lo ganarás a él; préstalo a tu amigo y lo perderás.
La pobreza a menudo priva al hombre de toda virtud: es difícil que un costal vacío se mantenga derecho.
El orgullo detesta el orgullo... en los demás.
Yo creo que el mejor medio de hacer bien a los pobres no es darles limosna, sino hacer que puedan vivir sin recibirla.
Pensad con sencillez y justicia, y hablad como pensáis.
No perdáis una hora, porque no estáis seguros de un minuto.