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El no era rico, pero era preciso parecerlo; es decir, vestirse como los ricos, tratar con ricos. Es cruel eso de que todos seamos distintos por la fortuna y tengamos que ser iguales por la ropa.
Benito Pérez Galdós
Somos granujas; no somos aún la humanidad, pero sí un croquis de ella. España, somos tus polluelos, y cansados de jugar a los toros, jugamos a la guerra civil.
Dime que te gustará esta vida oscura y deliciosa; que amarás esta paz campestre; que aquí te curarás de las locas efervescencias que tuban tu espíritu, y que anhelas ser una feliz y robusta villana, ricachona en medio de la sencillez y la abundancia, teniendo por maridillo al más chiflado de los artistas, al más espiritual habitante de esta tierra de luz, fecundidad y poesía.
Gran psicólogo es Beethoven y portavoz ecualitario del humano dolor, exhalado de las almas humildes como de las que se tienen por linajudas... Abandonando sus oídos a la onda musical, y dejándolos que en ella se anegaran, Cintia y su caballero a un tiempo tocaban y oían la música de sus almas. Sin molestar a los circunstantes hallaron a modo de secretear cuanto quisieron y de comunicarse con susurro pianissimo.
¿Qué puedes hacerme? Quitarme la vida que... con decir que te la he dado se dice lo poco que vale.
Existe el goce del trabajo, que es el primero de todos los goces.
D. Baldomero no había podido sustraerse a esa preocupación tan española de que los padres trabajen para que los hijos descansen y gocen.
El capitán que se hace temer por severo, si a la severidad acompaña la justicia, infunde respeto, y, por último, se conquista el cariño de la gente.
Sí, una cosa sé, y es que no sabemos más que fenómenos superficiales... ¡Alma! ¿Qué pasa en ti?
A veces el que tiene más ojos ve menos.
¿Acaso hemos nacido para trabajar como los animales?
Estos hombres malos son los que engañan a los demás, a todos estos infelices que van a pelear; y para que el engaño sea completo, les impulsan a odiar a otras naciones; siembran la discordia, fomentan la envidia, y aquí tienen ustedes el resultado.
Pues le pertenecía como una petaca, un mueble o una prenda de ropa, sin que nadie se la pudiera disputar; ¡Y ella parecía tan resignada a ser petaca, y siempre petaca!
Hay una virtud que es la más preciosa y la madre de todas, la humildad, una virtud por la cual gozamos extraordinariamente.
Desconfiemos siempre de las ideas de fácil adaptación al criterio vulgar; desconfiemos del amaneramiento de la opinión, que no es más que un remedio contra la incomodidad de pensar por cuenta propia.
Aunque es cosa averiguada que el corazón no tiene alas, puede y debe decirse, aceptando la anatomía vulgar, que a Solita se le cayeron las alas del corazón. Salió a la calle sin ver portero, ni portal, ni puerta, ni calle. Ella no veía más que su propia alma, que en aquellos instantes se le presentaba clara y completa con la lucidez que da el dolor. Dio algunos pasos sin saber a dónde iba; pero las rejas de la habitación donde había estado dijeron algo a su entendimiento y se detuvo.
La miseria mayor es la ignorancia.
Hijo mío, ve aprendiendo, ve aprendiendo para cuando seas hombre. Del que está caído nadie se acuerda y lo que hacen es patearle y destrozarle para que no se pueda levantar...
La experiencia es una llama que no alumbra sino quemando.
Esto es insoportable. Esto es nauseabundo. En este partido se tropieza por excepción con hombres sinceramente republicanos, con hombres que deseen el advenimiento de la República.
Viven en ambiente formado por las conveniencias, el egoísmo y la hipocresía, y cuando se les habla de la suprema ley del honor, ponen cara de asombro estúpido, como si oyeran referir cuentos de brujas.
Contenta Isidora de esto, comprendió cuánto influye en la formación del carácter del hombre el ambiente que respira, las personas con quienes tiene roce, la ropa que viste y hasta el arte que disfruta y paladea.
Así es el mundo, así es España, y así nos vamos educando todos en el desprecio del Estado, y atizando en nuestra alma el rescoldo de las revoluciones. Al que merece, desengaños; al que no, confites. Esta es la lógica española. Todo al revés; el país de los viceversas...
El largo istmo que sirve para que el continente no tenga la desdicha de estar separado de Cádiz.
Si Dios no nos ha dado alas; en cambio nos ha dado el pensamiento, que vuela más que todos los pájaros, porque llega hasta el mismo Dios...
Yo... también te perdonaría... si pudieran ir juntos el perdón y el desprecio.
Yo no nací para que hubiera un hombre más en el mundo; yo soy de los de encargo, señores.
Lo desconocido y misterioso busca sus prosélitos en el reino de la desesperación, habitado por las almas que en ninguna parte hallan consuelo.
¿Para qué son las guerras, Dios mío? ¿Por qué estos hombres no han de ser amigos en todas las ocasiones de la vida como lo son en las de peligro? Esto que veo, ¿no prueba que todos los hombres son hermanos?
No se pasa de la ceguera a la luz, no se entra en los soberanos dominios del sol como quien entra en un teatro. Es este un nacimiento en que hay también mucho dolor.
Asusta pensar que acaso las admiraciones más sinceras que tenemos son las de las personas que no nos han comprendido.
Ningún himno a la libertad, entre los muchos que se han compuesto en las diferentesnaciones, es tan hermoso como el que entonan los oprimidos de la enseñanza elemental al soltar el grillete de la disciplina escolar y echarse a la calle piando y saltando.
La falta de educación es para el pobre una desventaja mayor que la pobreza.
Lo que digo: quieren que no haiga pobres, y se saldrán con la suya. Pero pa entonces, yo quiero saber quién es el guapo que saca las ánimas del Purgatorio... Ya, ya se pudrirán allá las señoras almas, sin que la cristiandad se acuerde de ellas, porque... A mí que no me digan: el rezo de los ricos, con la barriga bien llena y las carnes bien abrigadas, no vale... Por Dios vivo que no vale.
No es impropio el llanto en las grandes almas; antes bien, indica el consorcio fecundo de la delicadeza de sentimientos con la energía de carácter.
No es verdadero maestro el que no se hace querer de sus alumnos.
La religión, entiendo yo, es el ropaje magnífico con que visten la nada para que no nos horrorice...
Hay efectivamente Manueles que nacieron predestinados para ser Manolos toda su vida.
Nuestra imaginación es la que ve y no los ojos.
No hay enseñanza posible sin la benditaamistad, que es el mejor conductor de ideas entre hombre y hombre.