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Los fundadores del partido en 1919 eran muy pocos y los votos fascistas depositados en los comicios de ese año en Milan sumaron 4.700. En 1921 los miembros del partido llegaron a 20.000. En 1922 llegué a la conclusión de que la revolución era inevitable.
Benito Mussolini
El fascismo no es una iglesia, sino más bien una palestra. No es un partido, es un movimiento. No tiene un programa utópico para el año dos mil, por la sencilla razón de que el Fascismo construye día a día el edificio de su voluntad y de su pasión.
¿Cual raza? ¿Acaso existe la raza alemana? ¿existió alguna vez? ¿existirá acaso? ¿Realidad, mito o mentira de los teóricos? Bueno, vamos a responder, la raza alemana no existe. Varios movimientos. Curiosidad. Estupor. Repetimos. No existe. Nosotros no lo hemos dicho. Los científicos lo dicen. Hitler lo dice.
Desde hace demasiado tiempo en Italia una silla se denomina un palacio. Pero esto no impide que la silla siga siendo silla. Así, nuestras divisiones, escasas y desarmadas, no tienen de divisiones más que el nombre.
El fascismo italiano no ha sido tan solo una revuelta política contra los gobiernos débiles e incapaces que habían dejado perder la autoridad del Estado y amenazaban detener a Italia en el camino de su mayor desarrollo, sino que ha sido una revolución espiritual contra todas las viejas ideologías que corrompían los sagrados principios de la religión, de la Patria y de la Familia.
Que no se pretenda negar el carácter moral del Estado Fascista, porque a mí me daría vergüenza hablar desde esta tribuna, si no sintiese que represento la fuerza moral y espiritual del Estado.
La democracia ha quitado estilo a la vida del pueblo. El Fascismo se lo devuelve al darle una línea de conducta, esto es, color, fuerza, pintoresquismo, sorpresa y mística, todo aquello en fin, que cuenta en el alma de la multitud.
Ahora ninguna fuerza podrá separarnos.
Me propongo detener del todo los atentados periódicos contra mi vida. No digo esto por mí, porque verdaderamente me gusta vivir en peligro, sino por el pueblo italiano.
Un pueblo tiene que ser pobre para poder ser orgulloso.
¿Tal vez por eso manda usted a sus adversarios políticos a la cárcel? Lo encuentro muy lógico. Primero me encerraban ellos a mí. Ahora los encierro yo a ellos.
La propensión al imperialismo es una de las fuerzas elementales de la naturaleza humana, lo mismo que la ambición de poder. Unas veces se trata del imperialismo del dólar; otras, de un imperialismo religioso o de un imperialismo artístico. Pero es siempre un signo de la fuerza vital del hombre. Mientras uno vive es imperialista; cuando ha muerto, ya no lo es...
Los mejores fascistas obedecen en silencio y trabajan con disciplina. Nosotros decimos: primero los deberes, luego los derechos.
Me enorgullezco de ser lo que soy, esto es: un hombre que antes de imponer sacrificios a los demás se los impone a sí mismo y que antes de llamar a la disciplina a los demás se somete a esa disciplina.
La organización corporativa del Estado, ya es un hecho consumado. El estado democrático y liberal, débil y agnóstico, ya no existe. En su lugar ha surgido el Estado Fascista.
¡Raza! Es un sentimiento, no una realidad; noventa y cinco por ciento, al menos, es un sentimiento. Nada podrá hacerme creer que las razas biológicamente puras existan actualmente. Irónicamente, ninguno de los que ha proclamado la nobleza de la raza Teutónica era un Teutón. Gobineau era francés, Chamberlain, un inglés; Woltmann, un judío; Lapouge, otro francés.