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Cuando el progreso se considera como un proceso necesario de desarrollo de la Historia, sujeto a leyes, queda colocado debajo de lo propiamente humano y, en último término, concebido contra el hombre.
Benedicto XVI
¿Qué nos pide el Señor para contribuir a la unidad de los cristianos? Orar constantemente, practicar la justicia, amar la bondad y seguirlo.
Es necesario un diálogo abierto y franco entre quienes representan la fe cristiana y los no creyentes en sus distintas modalidades. Tenemos la responsabilidad conjunta de recuperar el equilibrio entre nuestro poder técnico y nuestra capacidad moral.
El fundamentalismo es siempre una falsificación de las religiones.
Ser cristiano no es una especie de traje que se usa en lo privado.
Existen valores que se sustentan en la esencia del ser humano.
Los jóvenes debéis ir en pos de la verdad para ser verdaderamente libres.
Siguiendo el ejemplo de Cristo, aprendamos a darnos totalmente a nosotros mismos. Quien no es capaz de darse a sí mismo da muy poco.
Jesús va al desierto y allí experimenta la tentación de dejar el camino indicado por el Padre para seguir otros caminos más fáciles y mundanos. Así Él se carga de nuestras tentaciones, porta consigo nuestra miseria para vencer al maligno y abrirnos al camino hacia Dios, el camino de la conversión.
¡Cuántas veces los signos de poder ostentados por los potentes de este mundo son un insulto a la verdad, a la justicia y a la dignidad del hombre! Cuántas veces sus ceremonias y sus palabras grandilocuentes, en realidad, no son más que mentiras pomposas, una caricatura de la tarea a la que se deben por su oficio, el de ponerse al servicio del bien.
La fe no se opone a vuestros ideales más altos, al contrario, los exalta y perfecciona.
Podemos aprender muchas cosas de la mística asiática. A su vez, la mística femenina cristiana medieval y, sobre todo, la gran mística castellana tienen un significado importante en el diálogo interreligioso.
Que todo cristiano, en este Año de la fe, descubra la belleza de haber renacido al amor de Dios y de vivir como verdadero hijo suyo.
El ateísmo y el secularismo deshumanizante son las plagas de nuestro tiempo.
La cuestión de la ley y la ética se ha desplazado para frenar el poder anónimo del terrorismo global.
En una sociedad donde no hay algo por lo que valga la pena morir, tampoco hay nada por lo que valga la pena vivir.
El mundo nos aconseja el agnosticismo, pensar que somos demasiado pequeños, que nuestra razón es demasiado frágil para creer en Dios. En cambio, millones de personas siguen creyendo. Este es el milagro. El signo de que Dios obra en medio de nosotros.
Cuando niegas a Dios, niegas la dignidad humana. Quien defiende a Dios, está defendiendo al hombre.
Solamente Cristo puede responder a vuestras aspiraciones. Dejaros conquistar por Dios para que vuestra presencia dé a la Iglesia un impulso nuevo.
Cuando el relativismo moral se absolutiza en nombre de la tolerancia, los derechos básicos se relativizan y se abre la puerta al totalitarismo.
No es el poder lo que salva sino el amor. Éste es el distintivo de Dios: él mismo es amor. El mundo es redimido por la paciencia de Dios; Y destruido por la impaciencia de los hombres.
La expansión del espíritu, la exigencia indestructible de la libertad, de justicia y de verdad, ha destrozado el telón de acero.
¿Qué nos aconseja para rezar más en medio de nuestras obligaciones profesionales, familiares y sociales?
En un mundo basado sobre el cálculo, es el cálculo de las consecuencias lo que determina que es lo que hay que considerar moral o no.
No me gustaría decir en qué sentido interviene el Espíritu Santo en la elección del Papa, porque está claro que hay muchos ejemplos de pontífices en los que no ha tenido nada que ver.
Dios tiene un gran sentido del humor. El humor forma parte de la alegría de la creación. Necesitamos esa alegría.
La violencia está en contraste con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma.
En el tiempo de Cuaresma que iniciamos, esforcémonos por convertirnos, abriendo nuestra vida cada vez más a Dios.
No se puede ocultar que a los medios de comunicación, con sus banalización de la violencia, presentada como un comportamiento humano normal y corriente, les corresponde una grave responsabilidad.
Queridos jóvenes, no os conforméis con menos que la Verdad y el Amor, no os conforméis con menos que Cristo.
Pensamos que la oración es algo intimista. Ya no creemos tanto, según me parece, en el efecto real, histórico de la oración.
En la concepción relativista, dialogar significa colocar la propia fe al mismo nivel que las conviciones de los otros, sin reconocerle por principio más verdad que la que se atribuye a la opinión de los demás.
Conservad la llama que Dios ha encendido en vuestros corazones en esta noche: procurad que no se apague, alimentadla cada día, compartidla con vuestros coetáneos que viven en la oscuridad y buscan una luz para su camino.
¿Cómo podemos vivir mejor el Año de la Fe en nuestro día a día?
En aquellos días aprendí dónde hay que interrumpir la discusión para que no se transforme en embuste y dónde ha de empezar la resistencia para salvaguardar la libertad.
El laicismo no puede ser una religión universal, porque es parcial y no responde a las preguntas del ser humano.
Confiemos siempre en el poder de la misericordia de Dios. Todos somos pecadores, pero su gracia transforma y renueva nuestra vida.
Si nos atrevemos a creer en la vida eterna, a vivir para la vida eterna, veremos cómo la vida se torna más rica, más grande, libre y dilatada.
Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.
Nos hemos de liberar de la falsa idea de que la fe ya no tiene nada que decir a los hombres de hoy.